Page 5 - Número 6 | Revista Letras
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con nadie. En palabras de Silvestri, lo que se está intentando
decir es que

         si por casualidad tu placer sexual adulto pasa por chuparte el dedo
         gordo, este sistema de ordenamiento de los hechos humanos y no
         humanos, conscientes y no conscientes, te establecería como perver-
         so, y luego pasarás a ser objeto de control, corrección y normaliza-
         ción dentro de las lógicas heteronormativas (2014: 64).

Así como antes el poder y manejo de las sociedades se encon-
traba depositado en la Iglesia, hoy en día se encuentra en el
Estado. Y como dice Foucault en El sujeto y el poder, el Estado
puede ser visto como una forma de poder pastoral. Y luego
agrega que el Estado se percibe casi todo el tiempo como un
poder político que ignora a los individuos. Así como el poder
pastoral, les aseguraba a los individuos la salvación en el otro
mundo, ahora el Estado les asegura la salvación en el mundo
terrenal. La única diferencia es que han aumentado los funcio-
narios del poder pastoral.
Desde, en primer lugar, el hogar, luego la escuela y por último
la sociedad en general, se reproduce constantemente el dis-
curso heterosexual como la única opción natural, cuando, en
realidad, si hay algo que los individuos no eligen es el ser hete-
rosexuales. La teoría sobre el binarismo de género, propone la
clasificación de los sexos en dos formas opuestas, masculino y
femenino (y todo lo que cada uno conlleva). Esto termina por
crear una frontera social que desalienta a las personas a cru-
zarla por miedo al rechazo y discriminación social. El hecho
de que esta frontera siga vigente en la actualidad tiene mucho
que ver con nuestro pensamiento, el cual es un tipo de discur-
so, relacionado necesariamente con nuestra lectura, escritura
y habla, y cómo éstas moldean nuestras experiencias y formas
de ver el mundo. La conformación de esta frontera comen-
zó, como hemos visto, en la Edad Media con la Iglesia y está
tan arraigada a nuestra forma de vivir que no es cuestionada.
Como dice Louis-Georges Tin, “la heterosexualidad no es nor-
mal, es normada” (2008).
La tarea de las sociedades está en poder romper con esos
discursos hegemónicos instaurados hace años y aspirar a un
mundo más justo e inclusivo. Deshacerse de esa frontera ima-
ginaria y dar paso a una nueva cultura.

                                                              APRENDER A LEER | 29
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