El concepto de envejecimiento saludable y la evaluación de la fragilidad como instrumentos de monitoreo de derechos humanos en adultos mayores
Palabras clave:
Adultos mayores, envejecimiento saludable, derechos humanosResumen
El envejecimiento ha sido definido como un proceso progresivo, intrínseco y universal que conduce finalmente a la muerte y en tal sentido, se encuentra generalmente asociado a connotaciones negativas como la discapacidad y la enfermedad. En las últimas décadas hay una tendencia a separar las nociones de discapacidad y enfermedad del envejecimiento, de tal manera que puedan diferenciarse las consecuencias de la exposición a factores estresantes del proceso de envejecimiento en sí mismo. Una gran parte de los trabajos de investigación muestra que las personas que envejecen con un alto grado de deterioro físico y cognitivo, muestran historia de exposición a ambientes estresantes, deficiencias en la alimentación, escasa actividad física, limitadas redes de contención social y menoscabo socioemocional. Coincidentemente se viene sosteniendo desde hace varias décadas, que el envejecimiento puede ser atenuado por factores ambientales controlados como la adecuada nutrición, la actividad física, y una vida social plena. En tal sentido recuperamos el concepto de envejecimiento saludable, entendido como la salud física y mental, que incluye el concepto subjetivo de bienestar, el apoyo social y las redes vinculares.
En lo que respecta al proceso ontogenético humano, la antropología se ha preocupado en gran medida por la diversidad en el crecimiento y el desarrollo, pero muy superficialmente por la variabilidad presente en la vejez. Al ser el envejecimiento un proceso que se inicia durante el crecimiento y desarrollo y que se encuentra influenciado por la calidad de vida desde periodos muy tempranos de la ontogenia, éste no puede ser entendido en su diversidad sin tener en cuenta la historia de acceso a derechos como la salud, la educación, la alimentación, el medio ambiente adecuado y una vida social plena. El concepto de fragilidad permite dar cuenta de esa variabilidad y la discute en torno a la calidad de vida y los derechos fundamentales. En su definición formal, la fragilidad incluye múltiples dominios del funcionamiento humano tanto biológicos como psicológicos y sociales, por lo que resulta un poderoso instrumento para evaluar el acceso a derechos económicos, sociales y culturales. En un modelo social y comunicacional de idealización que promueve la vida eterna como una meta -en contradicción con todos los conocimientos que tenemos acerca de la biología ontogenética- discutimos el concepto de envejecimiento saludable y los instrumentos de evaluación de la fragilidad como dispositivos de monitoreo de derechos humanos en adultos mayores.
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