Clase 6: La narración en el documental audiovisual

Cómo ya dijimos en las clases anteriores, en la realización de un documental audiovisual es fundamental la definición de las decisiones de nuestro proyecto en la etapa de preproducción. Necesitamos saber con la mayor precisión posible, qué historia vamos a contar y cómo lo vamos a hacer antes de empezar filmar.

En la preproducción definimos el tema, además de la hipótesis/premisa o enfoque, la estructura secuencial o esqueleto del armado de nuestro relato y la propuesta estética o los recursos audiovisuales que utilizaremos para contar nuestra historia con imágenes y sonidos, de lo que surgirá una primera versión del guion.

Con todos estos elementos estamos en condiciones de armar un plan de rodaje y comenzar la producción, donde también tenemos que ser conscientes que podemos encontrarnos con elementos de la realidad no previstos en nuestra planificación que pueden hacernos modificar nuestra propuesta inicial y tendremos que armar una segunda versión del guion y luego una tercera y así nuestro guion irá evolucionando hasta tomar su forma definitiva. Según el reconocido documentalista chileno Patricio Guzmán en el documental el guion se escribe y reescribe al menos cuatro veces y la última versión se define en la mesa de edición o montaje.

Bibliografía: “El guion en el cine documental” por Patricio Guzmán – descargar acá

Todos los registros que hacemos en la etapa de producción serán en función de nuestro guion. Al igual que los archivos audiovisuales a los que que podemos recurrir de acuerdo al tema y la necesidad de la narración. Siempre buscando desde el guion la manera creativa de utilizar la variedad de recursos que brinda el lenguaje audiovisual.

Tenemos una innumerable variedad de posibilidades de utilizar las imágenes y los sonidos en función narrativa para contar una historia, que termina de tomar forma definitiva en la edición o montaje, en la etapa de posproducción. Aunque es importante definir esos recursos antes de la edición para tenerlos a mano al momento de sentarnos a editar. Lo que comúnmente llamamos: FILMAR EN FUNCIÓN DE LA EDICIÓN o mejor dicho FILMAR EN FUNCIÓN DE UN GUION.

Pero cuando pensamos a priori en recursos audiovisuales distinguimos tres grandes grupos de escenas o secuencias en base al recurso narrativo que utilizamos:

  • De diálogo. En los documentales, el diálogo generalmente está presente en los testimonios de las entrevistas y se va a enriquecer si tenemos variedad de voces (entrevistados) y contrapunto o diferentes opiniones y/o puntos de vista en esos testimonios. El diálogo permite aportar información y es importante en el relato, pero abusar del diálogo nos puede hacer perder la atención de nuestros espectadores, sobre todo si los testimonios son largos y monocordes.
  • De acción. La acción es muy importante para relatar historias en lenguaje audiovisual, porque nos permite describir situaciones, lugares, caracterizar los personajes y ponerlos en situación. La acción permite identificar al espectador con el tema y sus protagonistas y generar sensaciones en ellos. Si bien en el documental las palabras son importantes, no tenemos que perder de vista que en lenguaje audiovisual generalmente una imagen vale más que mil palabras y muchas veces describimos más y mejor con las acciones que con el diálogo.
  • De montaje. Este tipo de recurso es muy utilizado en los documentales. En una secuencia de montaje podemos contar un periodo de tiempo, un acontecimiento o describir una situación en pocos segundos a partir de la sucesión de planos, que terminan de tomar sentido a partir del montaje y que muchas veces pertenecen a tiempos y espacios diferentes. Las secuencias de montaje suelen terminar de cobrar sentido en el relato con una voz en off o narrador/a. La música también puede ser un elemento importante en este recurso.

Estos tipos de recursos generalmente se combinan y muchas veces, la variedad de recursos nos garantiza mantener la atención de nuestros espectadores y hacer crecer nuestras historias.

Quién cuenta las historias

Más allá de que siempre son los realizadores los responsables de qué y cómo se cuenta en los documentales, una de las primeras cuestiones que tenemos que tener en cuenta para el armado de nuestras producciones es quién cuenta la historia en ese relato audiovisual. ¿Hay un/a narrador/a que el espectador identifica y que guía el relato? ¿cómo se presenta ese/a narrador/a?

Una de las formas más comunes que encontramos en las narraciones de los documentales es la voz en off. Es decir, el relato de un/a narrador/a cuya voz no está en el mismo tiempo y espacio de los acontecimientos que vemos en imágenes dentro del encuadre. Aunque, tiene que conocer el tema y puede estar más o menos involucrado.

La voces del/la narrador/a funcionan también como hilo conductor y son muy útiles para hacer avanzar nuestras relatos de acuerdo a nuestros guiones: abrir interrogantes, generar expectativas, cerrar ideas, conectar secuencias o testimonios, aportar datos clave o ideas. En definitiva, los relatos de los narradores son generalmente la voz de los realizadores.

Pero también puede haber otros hilos conductores, además de las voces. El texto escrito, la música, un elemento que se repite, un personaje, la representación ficcionalizada de un acontecimiento, una animación o el uso de archivo, entre muchos otros recursos pueden funcionar como hilos conductores y guiar a nuestros entrevistados en el relato.

La voz en off de los documentales suele asociarse a los locutores tradicionales al estilo de los documentales sobre la naturaleza de National Geographics. Sin embargo, no hay una única manera de contar los relatos con un narrador en off. Podemos definir el tono de la voz, desde dónde habla ese narrador, que incluso puede hacerlo en primera persona, o tomar la personalidad de un protagonista del tema del documental.

Podemos distinguir una gran variedad de estilos de voces de narradores en un documental, pero lo más importante es definir qué va a decir ese/a narrador/a y cómo lo va a hacer. Por eso es fundamental la interpretación de lo que se dice.

Ese es el trabajo de los locutores, que fueron variando su registro de acuerdo a la historia que se cuenta y acentuando la interpretación. Incluso, en los últimos años en la producción audiovisual de documentales y programas periodísticos ganaron espacio los actores y actrices para relatar las historias, por su capacidad de interpretación de un texto.

Fundamentalmente, la voz en off tiene que ser clara , precisa y ordenar la información. Muchas veces pequeñas intervenciones en momentos claves de nuestro relato ayudan a la comprensión de las historias.

Veamos en este fragmento como un locutor profesional interpreta un texto para crear una narración en función de las imágenes.   

El narrador no necesariamente tiene que estar en off. Puede aparecer en el encuadre en el lugar y con los protagonistas que desarrollan las acciones y seguir narrando en off si es necesario.

Como dijimos hay varios tipos de relatos de narradores. Podemos distinguir algunos:

  • Narrador en tercera persona. Es una voz que toma una posición omnipresente frente al tema, se la llama “voz de Dios” y hace un relato que busca mantenerse objetivo, ecuánime y equilibrado frente al tema.

Ejemplo del documental “2001; el año del corralito” narrado por Ricardo Darín.

  • Narrador testigo. Es el que observa las acciones y los acontecimientos desde un punto de vista determinado.

Ejemplo: programa “El otro lado” de Fabián Polosecki, 1994

  • El narrador protagonista. Está involucrado en el tema y forma parte de la historia que se relata. Habla necesariamente en primera persona y la voz da sonido al pensamiento de un personaje, que vemos dentro del encuadre, aunque la voz pueda estar interpretada. Es lo que Michel Chion llama la voz interior.

Ejemplo: trailer de documental “The other kids” de Pablo de la Chica, 2015

  • Relato coral. El termino viene de los coros de canto y se refiere a cuando las historias no son contadas por un único narrador sino por varias voces, que en un documental pueden estar representadas en los testimonios de los entrevistados. Contrariamente a lo que un realizador principiante puede pensar, en los relatos corales se necesita mayor intervención de los realizadores, que deberán tener un guión previo más ajustado para organizar los cuestionarios de las entrevistas en función de la historia y también precisar más la fragmentación de esos testimonios en la edición. Así podremos, por ejemplo, seguir el relato de un determinado acontecimiento con el testimonio de varios de sus protagonistas, que pueden darnos versiones más o menos coincidentes.

Ejemplo: trailer de “Cazadores de utopías” de David Blaustein, 1996

Veamos ahora algunas cuestiones a tener en cuenta cuando encaramos la grabación de una narración en off:

  • Usar redacción clara, concreta, lenguaje coloquial, sin marcas del lenguaje escrito (por ejemplo, no usar: sin embargo…, se desprende de…, los mismos…, esto, eso, etc).
  • Frases cortas y sin oraciones derivadas que hagan perder el hilo de lo que se está diciendo.
  • Leer el texto varias veces para probar si resulta fácil de expresar, si hay que reemplazar palabras que dificulten la lectura, etc.
  • Leer el texto para interpretarlo, sin que quede leído, variando las entonaciones cuando sea necesario, resaltando aspectos que resulten vitales para el material, haciendo pausas y modulando para que la información resulte clara al espectador del producto audiovisual. Hay que pensar que el relato en off va estar en relación a una serie de imágenes y si no se elabora claramente se pueden perder las ideas.
  • También hay que pensar su extensión en función de los tiempos de la producción y de lo que se había propuesto en el guión y en relación a las imágenes producidas para trabajar en conjunto. Así se evitará que después falten imágenes o sobre relato. Por eso es conveniente que la grabación de la narración en off se lo ùltimo que se haga en la producción para ajustarla a los tiempos en la edición.
  • Cuando decimos que la voz en off trabaja en conjunto con las imágenes nos referimos a que lo que se dice tiene que estar vinculado a lo que se ve, sin necesidad de ser redundantes. Por ejemplo, si en imágenes vemos al Presidente saliendo al balcón de la casa Rosada, el/la narradora tendría que decir para qué salió o cuándo salió o por qué salió. No sólo decir lo que estamos viendo, porque esa información ya está en la imagen.
  • Utilizar un buen micrófono y grabar en un ambiente sin ruidos y con buena acústica. Los cuartos con muebles y cortinas, que absorben las vibraciones del sonido que produce la voz, suelen ser mejores que los ambientes amplios y vacíos o los baños, donde las paredes azulejadas hacen que las de la voz reboten y se genere ese ruido latoso. Incluso se pueden colgar mantas o generar mejores condiciones acústicas si es necesario. Una buena calidad de grabación es fundamental para que el mensaje llegue mejor.

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