Page 4 - Hacia nuevos modos de leer y escribir al mundo desde el reconocimiento del otro. Julia Barba - Julián Manacorda
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blemáticas que tienen día a día. Intentamos trabajar la he- Abrecaminos
rramienta “con” los otros y no sólo “para” ellos teniendo esta
idea-fuerza como una especie de testigo silencioso permanen-
te en el trabajo de tesis, debido a que nos posicionábamos des-
de la perspectiva de Comunicación/Educación popular que
concibe al diálogo como eje de los procesos educativos.

¿Qué queremos decir con reconocimiento?

A la hora de desarrollar acciones estratégicas en pos de un
trabajo con otros, debemos tener en cuenta que estos se en-
cuentran inmersos en una cultura que condiciona sus prác-
ticas sociales (aunque no las determina porque tienen una
cierta autonomía para actuar sobre esos condicionamientos.)
A partir de esto, es clave en los procesos de comunicación/
educación trabajar desde la interpelación3. Es decir, debemos
conocer ese entramado complejo con el fin de que, mediante
procesos dialógicos, se generen identificaciones para que el in-
dividuo se constituya en sujeto y así transforme o reafirme sus
prácticas y subjetividades. Para eso debemos tener en cuenta:

- Las palabras que utilizan para nombrar las cosas. En términos de
Paulo Freire, su “universo vocabular”, es decir las palabras o el len-
guaje con el cual los sujetos interpretan el mundo y su experiencia.

- Los temas y problemas que son significativos para ellos. Freire los
enmarca dentro del denominado “universo temático” que se confor-
ma por los temas preponderantes de una sociedad en una época de-
terminada.

- Su campo de significación: saberes, prácticas, lenguajes, etc. que
promueven lecturas del mundo.
Es importante destacar que no estamos hablando del reconocimien-
to como una estrategia tecnicista que pone el foco en la persona en-
tendida como un individuo aislado, sino de un vínculo con “sujetos
culturales e históricos en cuyas prácticas la comunidad habla, y a la
vez es hablada” (Huergo, 2006). Para conocer, es necesario involu-
crarnos con el otro, y como afirma Jorge Huergo (2006), debemos

3 En palabras de la pedagoga Rosa Buenfil Burgos, “lo educativo consiste en que a partir de una
práctica de interpelación, un agente se constituye en sujeto de educación activo incorporando de
dicha interpelación algún nuevo contenido valorativo, conductual, conceptual, etc., que modifi-
que su práctica cotidiana en términos de transformación o en términos de una reafirmación más
fundamentada. Es decir, que a partir de los modelos de identificación propuestos desde algún
discurso específico (religioso, familiar, escolar, de comunicación masiva), el sujeto se reconozca
en dicho modelo, se sienta aludido o acepte la invitación a ser eso que se le propone”.

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