Page 2 - Número 6 | Revista Letras
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como política educativa. Tiene como objetivo, según la visión                   El “Aprender”: implicancias de la evaluación
oficial, medir el “desempeño” de los estudiantes, tanto de los                     estándar en la lectoescritura
niveles primarios como secundarios en las “áreas básicas” de
conocimiento. Estas son: Lengua, Matemática, Ciencias So-
ciales y Naturales.
La lectoescritura ocupa un lugar muy particular en la eva-
luación, aunque primeramente sólo esté vinculada al área de
Lengua. Por otro lado, la escritura no aparece y las preguntas
están orientadas hacia la comprensión lectora. La misma es
entendida como una

         macroestructura o representación proposicional del contenido se-
         mántico global del texto (que) se construye a partir de la organiza-
         ción coherente de las proposiciones microestructurales y de la utili-
         zación del conocimiento del mundo que posee el lector (Duro, E. y
         otros, 2017: 17).

Esto es, en la decodificación correcta de ciertos códigos lin-
güísticos, que puestos en relación con los saberes previos de
los lectores y lectoras, deberían dar como resultado la com-
prensión. Según este documento, “leer es comprender”. Y
comprender, es comprender el texto.
Lo que el presente artículo se propone es el aporte de una mi-
rada crítica a estos aspectos. Lo cual no significa la reducción
a la queja, sino más bien, implica pensar en una pregunta qui-
zás más básica, quizás más fundamental acerca de para qué
leemos y escribimos. Cuestionamiento que la evaluación es-
tándar no se hace, ya que sólo analiza a partir de los métodos
a la lectura que entiende como un problema; el problema que
tienen los y las estudiantes que no comprenden.
Entonces, ya no estamos leyendo sólo textos. Sino producciones
que se escriben en un momento determinado, atravesado por
procesos históricos y políticos de los que el autor no está exento.
Porque el escritor, inevitablemente, deja algo de sí en eso que
escribe, y por lo tanto, no pueden dejarse afuera sus percep-
ciones del mundo al momento de entenderlo. Así, leer involu-
cra algo más que la decodificación correcta de un significado
sobre su significante. Es una manera de analizar y reflexio-
nar sobre la realidad, por eso puede entenderse como un acto
educativo. Porque a partir de ahí, los sujetos pueden reafirmar
esas condiciones, cuestionarlas, interpelarlas o proponer ac-
ciones que las modifiquen.

46 | Letras | ISSN 2524-938X
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