Page 6 - Número 6 | Revista Letras
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En segundo lugar, la lectoescritura como proceso educativo es       El “Aprender”: implicancias de la evaluación
por lo tanto, crítica. Esta función de la educación, en térmi-         estándar en la lectoescritura
nos de Nassif, requiere tanto de la reproductividad, como de
la conservación, ya que se trata de un proceso dinámico (1980:
253). Por eso, no es algo que se da de manera inmediata de
una única vez. Sino más bien, comprende un proceso en el que
se produce “un encuentro entre lo personal y lo social, pues la
educación del sujeto en dirección crítica no puede sino llevarlo
a asumirse como participante y transformador de una reali-
dad que es la suya” (Nassif, 1980: 254).
En este sentido, las evaluaciones estándar pretenden sacar
una foto y paralizar una realidad que es dinámica y cuyos re-
sultados no pueden medirse en números. No sólo por la impo-
sibilidad de cuantificar el aprendizaje, sino también porque se
da en el tiempo y puede que lo estudiado hoy, se comprenda o
se relacione mañana.
Además, la función crítica de la educación no se agota en un
mero análisis de la realidad personal y social. Sino que se es-
tablecen niveles, por los cuales primero se genera un pensa-
miento crítico, que permite posicionar al sujeto de manera
crítica ante los acontecimientos de la vida, en la totalidad de la
situación histórico-social. De ese pensamiento, se “toma con-
ciencia”, para pasar a generar un compromiso real con esos
ideales, para que no queden sólo en la reflexión.
En esta síntesis entre teoría y praxis, se fortalece con la crea-
tividad de la “programación de futuro” (Nassif, 1980: 254). La
lectoescritura, entendida como contextual aporta a estos nive-
les de criticidad en tanto configuradora de mundos posibles.

Algunas aproximaciones

Hasta aquí, se ha hecho una reflexión en torno a las impli-
cancias que el sistema de evaluación estándar Aprender tiene
en las nociones de lectoescritura. Éstas se reducen a la inter-
pretación del texto aislado, de los signos lingüísticos y de sus
significantes.
A la vez, vimos cómo aspectos económicos llenan de tecnicis-
mos a los procesos de evaluación, y los encasillan en estadísti-
cas y números que no hacen más que estigmatizar por niveles
de desempeño a los estudiantes. Fomentando así, la compe-
tencia individual por el conocimiento.

50 | Letras | ISSN 2524-938X
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