Page 8 - Hemingway, maestro. Julia Moretti
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cia con el diálogo, la conversación, el trato y la relación que Hemingway, maestro
se entabla entre el vendedor y el comprador.
A lo largo de toda la crónica y entre los diálogos de los perso-
najes, Hemingway hace comentarios sobre los vendedores de
alfombras. Frente a la insistencia y persistencia de estos hom-
bres, es inútil responderles con respeto (como se demuestra
en la conversación) y “sólo se puede hacer una cosa. Abando-
nar el café”.
“Medio millón en el partido fascista” es una crónica basada
en una entrevista que le realizó el escritor a Benito Mussolini
en Milán, en 1922. El relato comienza así: “Benito Mussolini,
jefe del movimiento fascista, está sentado ante su mesa en la
mecha del gran polvorín que ha extendido por toda la Italia
central y acaricia de vez en cuando las orejas de galgo ruso,
que juega con los papeles que hay en el suelo en torno a la gran
mesa escritorio” (Hemingway, 1922). En esta descripción ya
puede observarse la utilización de una metáfora: está sentado
a esa mesa, lugar de inicio del polvorín que inició en todo Ita-
lia, lugar desde el cual tomó las decisiones y armó su partido
fascista.
Conociendo a Mussolini, su imagen acariciándole las orejas a
un cachorro puede hacer cierto ruido. Hemingway decide in-
corporar esta acción como una especie de contradicción en sí
misma: por un lado, Benito Mussolini, líder de uno de los mo-
vimientos más sanguinarios de la historia mundial, acaricia a
un cachorro dando una imagen de ternura y amor. El escritor
pretendía generar esta dualidad con la primera descripción de
Mussolini.
Más adelante en la crónica, Hemingway menciona algunos he-
chos significativos de la vida de Mussolini, pero no cualquiera.
Dice que cuando estalló la Primera Guerra Mundial, en 1914,
Benito Mussolini se dedicaba al periodismo y era redactor jefe
de Avanti, el diario socialista de Milán. Sí, socialista. Después,
fundó su propio diario, Il popolo d’Italia. Otra especie de con-
tradicción evidenciada por la selección hecha por Hemingway.
Después, en 1919, cuando vio que una oleada de comunismo
invadía todo el norte de Italia, organizó las tropas de choque
fascistas o anticomunistas y en la crónica se menciona: “La
historia de sus actividades durante los dos años siguientes han
sido contadas muy a menudo” (Hemingway, 1922). Las pala-
bras “historia de sus actividades” en lugar de “los genocidios
llevados a cabo” no son casuales. Todo ronda en torno a lo que
154 | Letras | ISSN 2524-938X
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