Page 7 - Arlt y Mansilla: la conversación escrita. Analía Pinto
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autores mencionados pertenecen a lo más prestigioso de la literatura
universal, en especial Quevedo. Si bien es cierto que ediciones ba-
ratas de esos mismos autores circulaban ampliamente en la Buenos
Aires de los años 20 y 30, no es menos cierto que la biblioteca de
Arlt no tiene nada que envidiarle a la de un Borges, por citar un caso
paradigmático.
6) Preocupación por el lenguaje: se ha dejado para el último lugar
este punto, precisamente por considerarlo el más importante. Ade-
más de las coincidencias citadas, tanto Mansilla como Arlt desple-
garon un lenguaje propio en sus textos y demostraron una gran
preocupación por todas las cuestiones relacionadas con “el idioma
de los argentinos”7. En este sentido, Mansilla fue uno de los primeros
en practicar lo que podríamos llamar las bondades del “filólogo de
entrecasa”, que luego explotaría Arlt en sus aguafuertes: mientras
Arlt describe con certera precisión el origen de términos del lunfardo
porteño (en aguafuertes como “Divertido origen de la palabra sque-
nun” o “El furbo”), en un claro intento por darle entidad literaria a
una jerga considerada marginal y socialmente reprensible, Mansilla
aclara puntillosamente las voces que aún no habían sido incluidas
en el Diccionario de la Real Academia Española8, lo que continúa
los intensos debates sobre la lengua nacional que ya se venían dando
desde los días de la revolución de Mayo (Sarlo, 1996).

Por otra parte, son similares los usos de palabras y giros extra-
ños, que tiñen tanto las causeries como las aguafuertes de esa
tonalidad tan particular y refrescante en momentos en que el
empaque y la solemnidad ganaban terreno a ojos vistas en la
literatura argentina.
Sirvan de ejemplo del uso del lenguaje por parte de Mansi-
lla las siguientes expresiones extraídas de la causerie “¿Por
qué…?”:

• “Había entre ellos un vasco, enorme tagarote…”
• “(…) un cuchillo mangorrero”
• “él arrojaba macuquinos a rodo”
• “después de cartabonearme”

7 Por cuestiones de espacio no se analizará la aguafuerte homónima.
8 Por ejemplo, dice Mansilla: “Estamos en el saladero, allí se mata, se desuella, se desposta (este
verbo despostar no es español, es un americanismo, y el diccionario de la Academia haría bien en in-
corporárselo; puesto que, según ella, posta significa tajada o pedazo de carne, pescado u otra cosa)”,
op. cit., p. 60.

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