Page 6 - El carnaval: recorridos, matrices y significantes de las expresiones murgueras de la ciudad de La Plata1
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bién los pobladores realizaban la “ceremonia del entierro” El carnaval: recorridos, matrices y significantes
que se trataba de la quema del muñeco de Momo, un `médico´ de las expresiones murgueras de la ciudad de La Plata
lo encendía con una mecha que hacía estallar los cohetes que
lo rellenaban, explica Puccia (1974). El estallido de esos fuegos
de artificio contagiaba a todo el público provocando desórde-
nes de tal magnitud, que dieron lugar a que el jefe de policía
en el año 1896, librase un edicto prohibiendo “el entierro”.
Los corsos se organizaban con mucho tiempo de antelación,
incluían distintas clases de rodados y se precisaban variados
disfraces que provocaban la atención de los espectadores al
personificar a condes y príncipes con sutiles atuendos.
De este modo, los desfiles se fueron extendiendo a altas horas
de la noche ya que siempre se iniciaban cerca de las cinco de la
tarde por lo que fue necesario con el correr del tiempo, crear
comisiones que buscaran una forma de financiamiento de esta
celebración. Así, los festejos se trasladaron a distintas zonas de
la ciudad llegando a los barrios y pueblos más lejanos donde
las comparsas y orfeones alcanzaron su máxima popularidad.
Lo cierto es que desde 1930, el núcleo central de las agrupacio-
nes de carnaval pasó a ser el barrio; el crecimiento de agrupa-
ciones barriales y murgueras enarbolaron orgullosos nombres
vinculados a sus barrios de origen. Esto produce un profundo
sentido de pertenencia y empiezan a diferenciarse cada vez
más unos de otros. Esta expresión se fue expandiendo y en el
año 1997 la Legislatura porteña declaró estos festejos como
Patrimonio Cultural de la ciudad3.

De ritual a fiesta soberana

Esta celebración es parte de la cultura popular porque refiere a
determinadas prácticas que se han ido trasladando y mutando
con el paso del tiempo desde la Edad Media hasta la actuali-
dad. Al decir de Archenti (1999/2001), quien retoma la pos-
tura de Gramsci sobre la cultura popular, “lo que distingue al
canto popular en el cuadro de una nación y de su cultura no es
el hecho artístico, ni el origen histórico, sino su modo de con-
cebir el mundo y la vida en contraste con la sociedad oficial”.
En este sentido, Mijail Bajtín (2003) explica que los especta-
dores no asisten al carnaval, sino que lo viven, lo experimentan

2 http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/prom_cultural/pops2/carnaval.php?menu_
id=22406 (16/02/2011).

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