PRENSA

A 13 años de la última desaparición de Jorge Julio López, testigo en 2006 del juicio que terminó con la condena a prisión perpetua del genocida Miguel Etchecolatz, la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP participó de la exposición Camino de Memoria en la plazoleta Jorge Julio López de Berisso, como parte del pedido de justicia.

En el encuentro, en donde los/as presentes plantaron un árbol en homenaje a López, participaron la decana de nuestra unidad académica Andrea Varela, el vicedecano Pablo Bilyk y el secretario de Derechos Humanos Jorge Jaunarena, entre otras autoridades.

Ante familiares, referentes de organizaciones sociales, de derechos humanos y amigos/as, el hijo de Jorge Julio López, Rubén, expresó que cada árbol que se plantó está acompañado por una placa que refleja distintos acontecimientos de lo que viene sucediendo con el caso de su padre, y manifestó: “En estos días de mucha bronca y dolor le pedí a nuestro abogado que nos haga un resumen del último año, y no me mando nada, porque lamentablemente ni en el último año, ni en el anterior, y así durante trece años, no obtuvimos nada”.

Durante el acto, que estuvo moderado por la Secretaría de Derechos Humanos de nuestra casa de estudios, se desarrolló una radio abierta en la que jóvenes de la Fundación Creando Conciencia realizaron el programa “Rebeldes con causa”, que fue coordinado por Jimena Espinoza, directora de Producción en Articulación con el Territorio de la Facultad.

Cabe recordar, que Jorge Julio López nació en General Villegas el 25 de noviembre de 1929. Militante, fue víctima de torturas y desaparición forzada durante la última dictadura cívico-militar y estuvo confinado varios años en centros clandestinos de detención. Tras sobrevivir, se presentó como testigo en los Juicios por la Verdad abiertos en 1998.

Después de que el Congreso y la Corte Suprema anularan las leyes de impunidad, López declaró como víctima y testigo en el juicio que terminó de condenar al represor Miguel Etchecolatz con prisión perpetua. Pero poco tiempo después, precisamente un día antes de dictarse la sentencia, López desapareció y hasta hoy no se sabe nada de él.

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