PRENSA

Por Sofía Di Benedetto*

Hace 17 años asumía como presidente de la Nación Néstor Carlos Kirchner. Su mandato parió un proceso de transformación, en sus palabras, por comprensión histórica y decisión política. Donde abundaba la desesperanza gracias a una etapa de neoliberalismo que endeudó y empobreció a la Argentina, Néstor nos invitó a reinventar el futuro y a reconstruir nuestra querida Patria.

Sería fácil describir a Néstor en tres momentos que marcaron un precedente para nuestro país. El primero, Néstor, a un año de asumir un 24 de marzo bajando los cuadros de la Ex Esma de los represores de la última dictadura militar y pidiendo perdón en nombre del Estado por los crímenes de lesa humanidad. Comprometido con la recuperación de la memoria y con la búsqueda de justicia, terminando con la impunidad de quienes se llevaron a nuestros/as/es 30 mil.

En segundo lugar, Néstor y el pago de la deuda externa, cortando con el régimen de ajuste permanente al que nos sometía el FMI. Allanando el camino hacia un proceso de recuperación y soberanía popular con una mayor libertad de ejecución sobre la política económica de nuestro país. Y un tercer momento. Néstor fundiéndose en las multitudes en actos masivos, llevándonos rápidamente a las imágenes de los primeros años peronistas.

Multitudes que, entre abrazos, ya confiaban en el hombre que cambiaría la historia de la Argentina y reformaría la política. Pero incluso minimizar su gestión en estos tres instantes no sería justo para describir su paso por la Casa Rosada y el liderazgo político de quien el edificio de nuestra Facultad hoy lleva el nombre.

A pesar de la mirada condenante de las corporaciones y el poder concentrado de nuestro país, se impulsó un modelo económico y político muy distinto al de la década de los 90. Néstor alguna vez dijo que “por primera vez podrá decirse que no se pagará deuda sobre el hambre y la sed del pueblo argentino.”

A partir de 2003 empezó un periodo de integración latinoamericana que apostó a un crecimiento regional que se imponía fuertemente a los tratados de libre comercio que sostenía el poder neoliberal. Y pactó un futuro para la Argentina, luego también con el mandato de Cristina, de recomposición del trabajo, de industrialización, de mayor equidad y dignidad, donde en la mira del ajuste no estarían más las clases populares y los/as/es jubilados/as/es. Le devolvió al pueblo argentino el deseo de soñar con sus derechos y la satisfacción de verlos cumplidos. En su mandato se apostó fuertemente al crecimiento de la educación y de la ciencia, federalizando el acceso a la educación superior que aún defendemos cotidianamente.

La rebeldía de Néstor fue la semilla que germinó el compromiso y la militancia de miles de jóvenes en los que hoy, a casi 10 años de su partida, aún florece. Somos afortunados/as/es de haber sido contemporáneos/as/es a la reconstrucción de la patria de 2003 y de volver a serlo en la actualidad. Volvemos al “flaco”, ahora y siempre para encontrar nuestro camino y transformar todos los días colectivamente nuestro futuro.

*Presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP que conduce la Agrupación Rodolfo Walsh.

Pin It on Pinterest