Por Damiano Shepherd*
Este 6 de julio a las 18.45 se cumplen 83 años del nacimiento de la Radio Pública. Inaugurada en 1937, llamada originalmente “Radio del Estado” por el entonces presidente Agustín P. Justo en la tristemente célebre década infame. Para entonces ya funcionaban otras radios oficiales, como LR11, nuestra Radio Universidad Nacional de La Plata, LS 11 Radio Provincia y LS1 Radio Municipal de Buenos Aires.
Emplazada en la Capital Federal conformó, desde el principio, el escenario para la difusión de distintas manifestaciones artísticas y culturales que no tenían espacio en la radiodifusión comercial. Hablamos, por cierto, de momentos donde nuestro país recibía a la inmigración europea que escapaba de la guerra, como así también las olas inmigratorias internas que conformaron el cordón industrial. La Radio comenzaría a nutrirse también de esas particularidades que conformaron el todo de aquella sociedad.
Para entonces, el uso de la radio se encontraba bastante extendido en nuestro país. Se calculan 25.000 aparatos disponibles en la Capital (entre los fabricados industrialmente y los de fabricación casera), que recibían música casi en la totalidad de la programación. La Radio del Estado contaba con una ventaja, al no transmitir avisos comerciales, tenía mayor cantidad de canciones ininterrumpidas, lo que la convirtió “en la radio de los melómanos”. Con el tiempo, la necesidad de instantaneidad de la noticia (en comparación con la prensa escrita) iría mutando el formato de la radio como medio informativo.
En junio de 1957, la emisora pasó a denominarse Radio Nacional (tal como se la conoce ahora), transmitiendo como LRA1 Buenos Aires en frecuencia AM y poniendo en funcionamiento la Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE) mediante onda corta.
Desde entonces, Radio Nacional comenzó un proceso de ampliación que logró un mapa de cobertura total de nuestro territorio argentino y que, gracias a la lucha de diferentes actores, se ha sostenido a lo largo del tiempo. Esto no ha sido siempre sencillo.
La gestión del gobierno anterior generó un importante vaciamiento de los medios públicos, y Radio Nacional no fue la excepción. A la estrepitosa caída en la audiencia de la radio, se le acompañó el despido injustificable de personal técnico, periodístico y artístico de la emisora. Como así también una inexplicable desinversión en términos de infraestructura y equipamiento.
En la actualidad, la gestión de su director Alejandro Pont Lezica, reconocido DJ y productor musical, se encuentra articulando un fuerte trabajo para reconstruir los lazos entre las 50 emisoras y, a la vez, entre ellas y los oyentes de los distintos puntos del país. Entendiendo que cumplimos una misión esencial, que es la de comunicar, entretener, informar y educar. En todos los puntos de nuestro amplio territorio nacional, donde siempre llega la red federal.
No son pocos los desafíos que se presentan en este contexto de la Argentina pandémica. El esfuerzo que se está realizando es enorme. A 83 años de la primera transmisión de Radio del Estado (y a casi 100 de la primera transmisión radiofónica en nuestro país), se puede asegurar que la Radio está más viva que nunca, y lo estará por mucho tiempo más.
*Director de LRA13
