PRENSA

Por Zulema Enriquez*

Este 12 de octubre nos encuentra a los Pueblos Originarios en un contexto de pandemia mundial, cada año desde el cambio del nombre de Día de la Raza a Día del Respeto a la Diversidad Cultural en Argentina, nos reconfiguramos, no en la lucha y la resistencia, sino en los significados que van tomando, este año no es igual al que pasó donde exigíamos políticas indígenas al Estado para los pueblos originarios hoy el reclamo sigue pero hay un Estado con la presencia de referentes y luchadores indígenas en los órganos de las decisiones políticas.  No se trata solo de la presencia indígena en cargos públicos sino de descolonizar la política. 

Las construcciones de poder en nuestros estados latinoamericanos, en nuestra AbyaYala (la América morena)  históricamente están sostenidas por el sistema y modelo occidental y el patriarcado. No olvidemos que la construcción de los Estado Nación se construyó bajo la pulsión de la guerra, del exterminio del Otro, el de los “indios”, de los “salvajes”, por eso fue necesaria una “civilización” que fuera contra la “barbarie”, traducido en una política de Estado como fue la Campaña del desierto financiada por la oligarquía porteña, la misma a la que se le pagaría el empréstito con las tierras que se habría conseguido después de la masacre a las comunidades indígenas de nuestra Patagonia, de la pampa bonaerense y del noroeste argentino.

Esta concepción de civilización vs barbaries fue el modelo político llevado a todos los ámbitos, no solo la política, sino la educación transformándose en sentido común que hoy tiene consecuencias profundas en nuestro presente. Este exterminio tenía el objetivo de homogeneizar a la sociedad, entendiéndola como producto del “crisol de razas”, naciendo así una identidad argentina nueva, que tenía raíces solo en la “madre Patria España” olvidando sus orígenes indígenas y afros.  Es necesario entender y desarmar este entramado historiográfico para entender la desigualdad de la que hablamos hoy en nuestros Pueblos, en nuestra sociedad, desigualdad también traducida en racismo y discriminación.

La matriz de ello está en esa construcción de poder del Estado, por eso cuando hablamos de la necesidad de políticas públicas para pueblos originarios no hablamos de miradas asistencialistas sino de construcciones con otras perspectivas, indígenas, de pueblos originarios.  Por eso no es igual este 12 de octubre a otros años, desde las militancias y organizaciones indígenas en Latinoamérica venimos reconfigurando nuestras luchas. Ya nos lo enseño el primer presidente indígena en nuestra historia Evo Morales Ayma que con poder popular e indígena se puede transformar la Historia.

El próximo fin de semana el Estado Plurinacional de Bolivia vota, pelea por la democracia para que se vaya la dictadura usurpadora patriarcal y colonialista, son largos los caminos de la descolonización, luchas que se ganan y se pierden. Son muchas las reconfiguraciones que nos damos desde nuestras militancias indígenas, feministas y populares. 

El 12 de octubre nos encuentra empoderados/as/es, hermanados/as/es militando sabiendo que es un día de lucha, con nuevos desafíos, cada vez más difíciles, la pandemia nos traduce a la Pachamama, la madre naturaleza nos está hablando, que nuestras prácticas culturales y sociales deben cambiar, porque la estamos matando. Nuestras formas de relacionarnos deben ser transformadoras en lazos comunitarios, solidarios y romper viejos paradigmas destructores, alentadores de grietas y odios. Pero también nos encuentra con la posibilidad de transformarlo todo, con las herramientas del  Buen Vivir, sabiendo que somos más y que volvimos para ser mejores.

Jallalla !!!

*Docente quechua. Dirección  Pueblos Originarios “Emilia Uscamayta Curi” de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNLP.

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