PRENSA

Por la Secretaría de Derechos Humanos

Cada 10 de diciembre se celebra el día en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) proclamando sus principios como “un ideal común para todos los pueblos y naciones”. Está disponible en más de 500 lenguas y es el acta que más se ha traducido en todo el mundo.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial los países agrupados en la ONU decidieron firmar un escrito que explicitara las condiciones básicas de respeto en la sociedad mundial. Ya que el trauma del nazismo, el holocausto y los más de 50 millones de víctimas llevaron a  la reflexión sobre los horrores y la crueldad humana. Fue así que los líderes mundiales creyeron imprescindible crear un acuerdo por escrito.

Se trata de un documento histórico que pregona los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano y  tienen un valor superlativo en lo cotidiano de nuestras vidas como garantía fundamental frente a la injusticia y la desigualdad. La universalidad  reivindica que todas las personas tengan los mismos derechos, esto es  independiente de la raza, color, idioma, sexo, religión, nacionalidad, clase social, posición económica, o cualquier otra condición.

Los artículos de esta declaración universal son 30. Si bien todos ellos son importantes, los principios más significativos y que resumen su espíritu son los siguientes:

1. Todos/as/es “Hemos Nacido Libres e Iguales”. Todos/as/es hemos nacido libres y tenemos nuestras propias ideas y pensamientos. Por lo tanto deberíamos ser tratados de la misma manera.

2. “No discrimines”. Los derechos pertenecen a todos/as/es, sin importar nuestras diferencias.

3. “El derecho a la vida”. Todos/as/es tenemos el derecho a la vida y a vivir en libertad y con seguridad.

4. “Ninguna esclavitud”. Nadie tiene derecho a convertirnos en esclavos/as/es. Por lo que no podemos hacer a nadie nuestro esclavo/a/e. 

5. “Ninguna tortura”. Nadie tiene ningún derecho a dañarnos o torturarnos. 

6. “Tienes derechos sin importar a dónde vayas”. En todas partes somos personas iguales.

7. “Todos/as/es somos iguales ante la ley”. La ley es la misma para todos/as/es. Significa que nos  debe tratar a todos/as/es con equidad. 

8. “La ley protege tus derechos humanos”. Todos/as/es tenemos el derecho de pedir a la ley que nos ayude cuando hemos sido tratados injustamente.

9. “Ninguna detención injusta”. Nadie tiene derecho a meternos en la cárcel sin una buena razón, ni de mantenernos encarcelados o de echarnos de nuestro país.

10. “El Derecho a un juicio”. Si se nos lleva a juicio tiene que ser público. Las personas que nos juzgan no deben permitir que alguien más les diga qué hacer. 

11. “Somos siempre inocentes hasta que se pruebe lo contrario”. Este es el principio de inocencia. Entonces, no se debería culpar a nadie de haber hecho algo hasta que se haya demostrado. Cuando alguien nos acusa de haber hecho algo incorrecto, tenemos el derecho de demostrar que eso no es verdad. 

12. “El derecho a la intimidad”. Nadie debería tratar de dañar nuestra reputación. Nadie tiene el derecho de entrar en nuestra casa, abrir nuestra correspondencia o molestarnos o a nuestra familia. 

13. “Libertad de movimiento”. Todos/as/es tenemos el derecho de ir a donde queramos en nuestro propio país, y de viajar a donde nos plazca.

14. “Derecho de buscar un lugar seguro en dónde vivir”. Si tenemos temor de ser tratados mal en nuestro propio país, tenemos el derecho de irnos a otro país para estar seguros.

15. “El derecho a una nacionalidad”. Todos/as/es tenemos el derecho de pertenecer a un país.

Cada año este día nos brinda la oportunidad de renovar el espíritu de lucha de la humanidad por los derechos y la dignidad. Nos invita a reflexionar y levantarnos contra todo tipo de inequidad, ya sea en forma de pobreza, desigualdad, violencia, exclusión o discriminación.

Hoy los derechos humanos deben ser una prioridad en el mundo frente a la  pandemia por Covid-19. El planeta se encuentra en una crisis alimentada por el recrudecimiento de la pobreza, el aumento de las desigualdades, la discriminación estructural y arraigada, el racismo y otras brechas. Promover los derechos humanos puede garantizar una plena recuperación y la reconstrucción de un mundo mejor y justo.

Esto requiere que se fomenten y protejan los derechos económicos, sociales y culturales. Es necesario un nuevo compromiso social que impulse la participación y solidaridad partiendo de cada gobierno y en el que participen todas las personas, porque todos/as/es tenemos una función que desempeñar para contribuir en la construcción de un mundo más justo y solidario.

*Por la Secretaría de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

Pin It on Pinterest