Imagen de un micrófono en estudios de radio

PRENSA

Por Gabriela Santero*

Hace 77 años, un 3 de julio, se fundaba la Sociedad Argentina de Locutores (SAL). 

Aquel día, un grupo de locutores radiales se reunieron en el edificio de la calle Corrientes 830 en Buenos Aires, donde funcionaba la redacción de la ya desaparecida Revista Antena. La asamblea designó una Junta Directiva Provisoria que tuvo como Presidente al locutor de LR4 Radio Splendid, Pedro del Olmo, y como Secretario al locutor de LR1 Radio El Mundo, Roberto Galán. Más tarde, se eligieron las autoridades definitivas en el Teatro Regina quedando como Presidente Juan Carlos Thorry  y Roberto Galán como Secretario de la entidad gremial.

Años después, en 1950, un congreso nacional de profesionales del micrófono instituyó al 3 de Julio como Día del Locutor, en conmemoración del nacimiento de la Sociedad Argentina de Locutores.

Este día nos recuerda a los y las que trabajan la voz, que dominan una serie de conocimientos y técnicas para poder expresarse y que logran en sus seguidores confianza y credibilidad

Puede haber imitadores pero la voz es propia, tiene identidad, se refleja en sus tonos y timbres.

La voz se educa, se cuida, tiene varios rostros y un aspecto físico imaginado y las palabras adquieren en ese canal una mirada propia, llevan humor, tristeza, alegría y misterio que atraviesan cada sentimiento en el oído de quien las escucha.

La voz de una locutora o un locutor nos muestra una realidad y más de una vez invita a soñar.

Un medio como la radio, por ejemplo, sería casi mudo sin la voz, sin la magia de la palabra que más de una vez acompaña otros sonidos como la música.

Desde la definición filosófica de que la voz es el espejo del alma, nunca terminó de describirse y se la relacionó con los cambios sociales y tecnológicos.

La voz pinta, dibuja, desarma, genera colores, estados de ánimo, refuerza conceptos. Una voz me dice lo lindo o lo feo que está el día, los datos buenos o malos de la economía, nos habla de la política y nos da alegría con tan sólo una risa.

Hoy las redes superan en muchos aspectos a la capacidad de lo televisivo y radiofónico. Pero hasta ahora nada fue más fuerte en el sentido de confianza en la comunicación con la gente, cuando alguien dijo -sobre la voz de un locutor o una locutora- la frase: “lo escuché en la radio».

*Directora de la Carrera de Locución para Graduados y docente de Práctica Integral de Radio I y II de Locución de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

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