Memoria e Identidad

DERECHOS HUMANOS

Por Matías F. Moreno*

La última dictadura cívico- militar, para poder implementar sus objetivos políticos y económicos, ejerció sobre el conjunto del cuerpo social la represión más salvaje en la historia argentina. Se necesitaba de una sociedad aterrorizada y sumisa, y para esto fue necesario la desaparición forzada de personas, la cárcel,  la creación de cientos de centros clandestinos de detención, la tortura,  el asesinato de opositores políticos y sociales y la  sustitución de la identidad de los hijos de las personas secuestradas y desparecidas.

Fue en plena dictadura, un 22 de Octubre de 1977, cuando un grupo de 12 mujeres,  madres de desaparecidos, que además de reclamar por la aparición con vida de éstos, deciden unir esfuerzos para buscar  a sus nietos, algunos de los cuáles fueron secuestrados junto a sus padres y otro nacidos durante el cautiverio de sus madres en centros clandestinos de detención.

Primero se denominaron “Abuelas Argentinas con Nietitos desaparecidos” pero luego el pueblo las bautizó como “Abuelas de Plaza de Mayo”. En ese primer grupo de 12 mujeres estaban María Isabel «Chicha» Chorobik de Mariani y Alicia «Licha» de De la Cuadra, a las que luego se uniría Estela Barnes de Carlotto.

El proceso abierto en 2003, con la asunción del ex presidente Néstor Kirchner, pone en el centro de la escena política las demandas históricas de los organismos de DD.HH., anulando las leyes de impunidad, transformando los ex CCD en sitios de memoria, promoviendo y apoyando la búsqueda de niños apropiados, entre otras medidas inscriptas en el orden de lo simbólico y reparador. Es en ese marco, que en 2004, el Congreso de la Nación sanciona la Ley 26.001 la cuál instituye el día 22 de octubre como “Día Nacional por el Derecho a la Identidad”, en homenaje y reconocimiento a la incansable búsqueda de la Abuelas de Plaza de Mayo para recuperar a sus nietos y nietas apropiados durante la última dictadura cívico- militar.

En la actualidad, gracias al trabajo de las Abuelas, lograron restituir su identidad 128 nietos. Según datos de las mismas Abuelas, aún restan encontrar alrededor de 400, quienes todavía esperan el abrazo postergado con sus familias biológicas.

Estamos transitando un presente donde desde el gobierno nacional se intenta reinstalar la infame teoría de los dos demonios, donde se pone en discusión el número de detenidos desaparecidos, donde muestra su verdadera política con la quita de apoyo a las investigaciones judiciales que investigan las responsabilidades civiles, y hasta  intentó modificar el feriado del 24 de marzo en una clara muestra de negacionismo y olvido.

Por esas razones,  es responsabilidad de todos nosotros trabajar incansablemente en esa búsqueda, que no sólo es la posibilidad de restituir la identidad a alguien que fue despojado de ella y la alegría colectiva que ese hecho genera, sino que también, implica reafirmar nuestro compromiso como sociedad con la Memoria, la Verdad y la Justicia, pilares fundamentales de esta democracia que supimos conseguir y que tanto debemos a nuestras Abuelas de Plaza de Mayo.

*Docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP

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