PRENSA

Por Rodolfo Carrizo*

El 20 de Noviembre se recuerda y reconoce como el Día de la Soberanía en nuestro país, en un justo homenaje a la vuelta de Obligado de 1845. Aquél día nos cuenta la historia un grupo de valientes soldados enfrentaron al ejército anglo francés resistiendo los intentos de apropiación ilegal y colonial de nuestro territorio. Ese episodio patriótico con más de 650 muertos contrasta con el presente de nuestros días que tiene a nuestra soberanía jaqueada, ciertamente  sometida, saqueada de diversas formas, cuando no manoseada por quienes componen el  gobierno de Mauricio Macri y su poderosa maquinaria de comunicación mediática. 

Para todos y cada uno de los argentinos, el 20 de Noviembre debería ser un día de festejo popular, lleno de memoria, de fiesta cívica, entendiendo que la soberanía constituye el derecho más importante de una sociedad donde todos compartimos la Patria como nuestro mayor patrimonio común, con todos sus bienes y recursos naturales, con nuestras tradiciones culturales y todas nuestras manifestaciones artísticas. Este anhelo de los grandes patriotas de la historia  sufre de manera cotidiana los embates que el modelo neoliberal que nos gobierna, y que con un plan certero de generar desprecio por lo popular y colectivo, pone en  crisis el sentido de una Patria Libre Justa y Soberna. 

A las generaciones presentes nos corresponde acordar que la decisión de ser y tener soberanía es una hecho político indubitable donde la principal contradicción a resolver es entre la Patria y la Colonia, donde no habrá opciones soberanas si esta contradicción no se resuelve a favor de los deseos e intereses del pueblo. 

Quienes detentan aún de manera transitoria el poder del estado argentino se han sometido y han aceptado el modelo de democracia tuteladas siendo complacientes serviles de  las imposiciones emanadas por las  potencias hegemónicas y de aquellos organismos financieros que materializan la sangría del mínimo bienestar de cada trabajador, de cada trabajadora y de las generaciones precedentes. Ese modelo nos condujo a los acuerdos más oprobiosos de la historia verificándose en el alto endeudamiento externo, en la extranjerización de múltiples bienes naturales de recursos energéticos estratégicos y la firma de pactos o acuerdos como el aún poco conocido Foradori – Duncan.

Como una ironía del destino la intención del gobierno de Mauricio Macri es activar un vuelo a nuestras Islas Malvinas vía San Pablo con escala en la provincia de Córdoba, viaje promocionado como estímulo al turismo, pero que por su alto costo (1.000 dólares), ponen en evidencia que el fin es otro, nada más y nada menos que facilitar el tráfico de armamento para dotar de más militarización a la base “Monte Agradable”, la más importante de los territorios de ultramar del Reino Unido y la Otan, vuelos que son  favorecidos por el gobierno de Brasil y su presidente Jair Bolsonaro. En síntesis los vuelos son parte del plan de control de la región, y expropiación de recursos naturales y ambiciones antárticas que nos reserva el imperio con entrega plena de Soberanía. 

El nuevo gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner deberá atender a los nuevos desafío de la integridad regional, fortalecer la solidaridad latinoamericana seguir condenando el golpe de estado en Bolivia  y recuperar las tradiciones soberanas enmarcadas desde 1845 para de hacer de nuestra patria un lugar para todas y todos con más Memoria, Verdad, Justicia, Soberanía y Paz. 

*Secretario de Relaciones Institucionales del Centro Ex Combatientes Islas Malvinas (Cecim) La Plata y docente del Seminario Malvinas Comunicación y Nación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

Pin It on Pinterest