Hoy nuestro querido compañero Miguel Bru cumpliría 50 años y nos seguimos preguntando ¿Dónde está Miguel? Un interrogante que se transformó rápido en la consigna que nos convoca al pedido de justicia. El 17 de Agosto de 1993, marca un antes y un después, en la historia de la violencia institucional en la Argentina, desaparece Miguel, que tenía 23 años y estudiaba Periodismo en el histórico edificio de la Facultad en la Avenida 44 de La Plata que lleva su nombre.
Este hecho implica para nuestra institución una lucha constante en la búsqueda de verdad y justicia. La mamá de Miguel, Rosa, recordó en diálogo con Periodismo cómo eran los años de estudiante de su hijo, sus amistades, la Universidad, sus intereses musicales, la militancia y su compromiso social.
A Miguel se lo recuerda por su bonhomía, generosidad, su afecto por los animales, como alguien que no soportaba los atropellos y que amaba la libertad por sobre todas las cosas. “Miguel era el mayor de mis 5 hijos y cuando terminó el Secundario, que no tenía mucha intención de hacerlo, una vez me dijo que él iba a ser ciruja”, recuerda Rosa.
“Después se anotó en la Facultad de Periodismo lo que para nosotros fue un orgullo”, resalta la mamá. De esos días, contó: “Me acuerdo cuando pasaba por 44 y lo veía en la vereda, era un orgullo para la familia porque era el primero, el hijo que estudiaba, que había terminado el Secundario”.
Al referirse a aquellos años, la madre destaca de Miguel su faceta de “amiguero” y “solidario”. “Siempre andaba rodeado de pibes; era una persona súper inquieta, muy solidario y comprometido con el otro, veía gente en la calle y las traía a la casa a dormir”. En ese sentido, Rosa expresó que “hoy cuando veo a sus amigos, todos eran parecidos a él, todos pibes muy solidarios”.
“Miguel participaba de las marcha de las Madres, y venía y me contaba lo que hacían las “viejas”, porque así las llamaba, y yo le decía que no se involucre porque no conocía la historia”, relata Rosa sobre los primeros tiempos de militancia de Miguel. “En esa época no había información como ahora y el que no militaba, que no estaba involucrado en la lucha, desconocía el tema. Miguel en los primeros años de la Facultad ya empezó hablar de los desaparecidos y la Dictadura, y para nosotros también fue un aprendizaje”, explica.
La mamá de Miguel también se refirió a la causa judicial y explicó que “actualmente la causa tiene un solo preso, López. Ábrigo que era el otro condenado a prisión perpetua falleció. Un tiempo López quedó libre dos años. Pero hicimos un reclamo, el Tribunal lo citó y lo detuvieron nuevamente. Le faltaban dos años para pedir su libertad y le dijeron que no porque él nunca mostró arrepentimiento”.
“A nosotros no nos cambia la vida que este preso, por eso queremos que colabore con la investigación, que aporte información a cambio de la libertad. Yo quiero saber dónde está Miguel”, manifiesta Rosa con relación a la situación judicial de la causa de su hijo.
También la madre de Miguel es activa en otras causas de víctimas de la violencia institucional y en ese sentido relata: “Nosotros también estamos activos con muchos casos, primero creamos la Comisión de Familiares y Amigos de Miguel Bru y después fue la Asociación; León Gieco nos dijo que teníamos que volcar toda la experiencia que adquirimos con la lucha de Miguel en otros familiares que no tenían una Facultad que los apoye. Hay muchas familias que piden Justicia solos”.
“Ahora, por ejemplo, con las redes sociales por ahí es distinto porque se puede difundir, pero hace muchos años atrás era diferente. Si nosotros no hubiésemos tenido la Facultad de Periodismo detrás, no sé qué hubiera pasado. Yo siempre digo que la Facultad le iluminó los pasos a Miguel”, expresó Rosa como muestra de agradecimiento a nuestra comunidad educativa.