PRENSA

Por Stella Calloni*

 “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”, Simón Bolívar.

En los planes y proyectos de Estados Unidos para América Latina, al analizar los conflictos que podrían surgir en los años 2000, se había diseñado un “necesario retorno” un nuevo  colonialismo, en realidad tardío,  para recuperar el control absoluto de la región, invadiendo lentamente todos los espacios. Pero también con un esquema que podía disimular la nueva estrategia geopolítica de recolonización.

Así una red de Fundaciones de Estados Unidos a las que con el tiempo se unirían la europeas, que habían tenido presencia en nuestra región, mediante las llamadas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en el desarrollo de acciones culturales y sociales, diseñadas por la socialdemocracia europea en sus primeros tiempos, respetadas en toda América Latina.

Detrás de estas “ayudas” había  una cantidad de conglomerados empresariales  que evitaban con estas acciones “humanitarias” pagar  impuestos, en sus propios países. Fue en tiempos de George Bush que sus equipos vieron  la extraordinaria oportunidad de injerencia en diversos sectores de la vida de nuestros países que tenían estas fundaciones y sus ONG. De esa manera, como una red de araña, invadieron silenciosamente a nuestra América y han sido y son claves para la desestabilización de los gobiernos populares y patrióticos. Están detrás de cada desestabilización y cada golpe, pero parecen invisibles. Mediante el supuesto apoyo por la “democracia” o el “humanitarismo” estas empresas  como las nuevas Iglesias evangélicas, reciben millones de dólares para todo tipo de operaciones, lo que antes llegaba por los canales diplomáticos controlados por la CIA.

En el orden militar, Estados Unidos entendió, con las nuevas tecnologías en armamentismo, que había regresado el tiempo de aplicar la teoría del Destino Manifiesto (1840) otorgando a ese pueblo “elegido” por Dios el dominio del mundo.

Al saberse la única potencia mundial, después de la caída de la Unión Soviética en los años 90, con la decisión de avanzar sobre el mundo en  una especie de gobernanza global, y falsas  democracias controladas, consideró que  el Comando Sur de Estados Unidos, establecido en la Zona del canal de Panamá, era no sólo obsoleto, sino pasible de retaliación (respuesta a un ataque militar).

Esto significaba que ya estaban planeadas guerras coloniales de ocupación de países y territorios en el siglo XXI, lo que podría dar lugar a alguna respuesta desesperada de las víctimas de estas acciones y el Comando Sur era un blanco perfecto.

La decisión fue diseminar las bases en toda América Latina, asegurando  el control necesario para su proyecto de recolonización.

Esto nos colocaba como en el año 1823, bajo el manto de la llamada Doctrina Monroe, que impuso Estados Unidos decidiendo que América (del sur) era para los “americanos” (del norte) desde el Río Bravo en México hasta las islas (hoy Tierra del Fuego)lo más austral en esosmomentos.

Esta introducción rápida y muy resumida  nos trae a la realidad de lo que estamos viviendo en estos tiempos en Nuestra América. La idea de principios de los años 2000 se sintetizó en líneasmuy precisas en el Documento de Santa Fe 4, que estaba encabezado por la Doctrina Monroe y la finalidad era imponer democracias controladas de seguridad nacional en todos nuestros países.

De esta manera se auguraban una presencia directa para controlar los conflictos de los años 2000, y modificaban las características de las guerras contrainsurgentes y de Baja Intensidad GBI). Por supuesto se trata de “democracias de la seguridad nacional” de EE.UU., en reemplazo de lasDictaduras de la Seguridad nacional,  que tan dramáticamente nos impusieron en el siglo XX, como una continuidad de la expansión de fines de siglo XIX.

¿Cómo aparece el libertador Simón Bolívar en este esquema? Aunque parezca increíble, Simón Bolívar reconocido con nuestro general José de San Martín como libertadores de América, ya había comenzado a regresar al continente muy especialmente en los tiempos en que el general Omar Torrijos comenzó su lucha diplomática por la devolución de la Zona del Canal-ocupada colonialmente por el Comando   Sur-  a su país Panamá, algo por el que habían luchado y muerto centenares de panameños, en soledad.

Es que Bolívar había elegido Panamá para el Congreso Anfictiónico de 1826, en su sueño de unir a América Latina para poder sostener las independencias logradas con tantas luchas heroicas,

En la Carta de Jamaica fechada el 6 de septiembre de 1815, en realidad dirigida a como respuesta a una carta que le había escrito  un ciudadano inglés Henry Cullen  que vivía en el puerto de Fallmouth,  al norte de la isla de Jamaica, Bolívar con  una visión de estadista, que desnudaba los laberintos del colonialismo, y  las dificultades  enormes de la lucha por la liberación del imperio español, pero con la seguridad de que esta liberación era ya un hecho irreversible.

Intentaba encontrar respuestas a su inquietud sobe cuáles podrían ser las mejores formas de gobierno a establecerse en las tierras liberadas  y había entendido que seguramente para asegurar las independencias y ponerlas a salvo de otros intereses era necesario conformar una “sola nación con un solo vínculo, que ligue entre sí y con el todo”.

Su carta analizando los sucesos del mundo  que repercutían en estas tierras en lucha, también  era un llamado de ayuda para este sueño independentista, considerando con astucia que Inglaterra tenía fuertes intereses para apoyar a quienes enfrentaban al imperio español. A la vez dejando en claro, con una increíble prosa de esos tiempos, que la ayuda no era aceptable con condiciones.

Como uno de los hechos más extraordinarios de esos tiempos fue en realidad Haití,  donde se había producido  la primer gran  rebelión de la población negra esclava, a cuyo frente estaba el general Toussant L’Overture y Jean Jacques Dessalines, que había declarado su independencia en 1804, la que oreció su ayuda desinteresada al libertador. Entre 1806 y 1815 Alexander Petion fue el primer presidente   de Haití y fue él quien ayudó a Bolívar y los patriotas exiliados entonces a retornar a la guerra de liberación. Uno de los más hermosos pasajes de la historia de Nuestra  América es la relación que unió a Petion con Bolívar.

En la carta de Jamaica Bolívar escribe: “Yo diré a Usted  lo que puede ponernos en actitud de expulsar a los españoles y fundar un gobierno libre. Es la unión ciertamente, más esta unión no nos vendrá por prodigios divinos sino por efectos sensibles  y esfuerzos bien dirigidos”.

La Carta de Jamaica sigue siendo un documento tan importante hoy como lo fue entonces. “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo, una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo.Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión deberían  por consiguiente tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados  que habrán de formarse, más no es posible  porque climas remotos y situaciones  diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a América ¡qué bellos sería que el istmo de Panamá  fuese para nosotros lo que Corinto para los griegos!¡Ojalá  algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso de representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y la guerracon las naciones de otras partes del mundo”.

¿Quién podía imaginar que un día otro venezolano, militar, estudioso de la historia, del proceso de liberación de América, y de la vida y obra de Simón Bolívar, lo iba a traer de regreso, a su tierra Venezuela, en momentos muy difíciles para ese país?

Un alzamiento  cívico militar se produjo en febrero de 1992 en Venezuela y la dirección de ese movimientosestaba un militar joven entonces el comandante Hugo Chávez Frías. El manifiesto revolucionario de aquellos militares era de hecho un manifiesto revolucionario, como una respuesta a un levantamiento popular, contra las imposiciones neoliberales de un gobierno que había prometido otro programa a su pueblo, reprimido brutalmente en febrero de 1989.

Chávez y sus seguidores más cercanos, tanto militares como civiles tenían como fuente inspiradora a Simón Bolívar. Por eso aunque derrotado en 1992, respetado y amado por el pueblo, a partir de su movimiento bolivariano, se conformó una alianza que lo llevó a la presidencia en las elecciones de fines de 1998 terminando con un bipartidismo falso y una democracia falsificada.

A partir de ese momento Chávez fue el motor de un período glorioso en tiempos de dependencia imperial para lograr la unidad de América Latina. Pero también fue el tiempo de resurrección de Simón Bolívar y su pensamiento.

Como el Congreso Anfictiónico de 1826, en Panamá fue la respuesta más contundente a la Doctrina Monroe, colonial por excelencia, el bolivarismo se convirtió en el pensamiento contra hegemónico de América Latina contra el proyecto recolonizador de la potencia imperial. Como el pensamiento Martiano (José Martí) fue inspirador y sostén del proceso revolucionario de Cuba.

Desde ´principio de los años 2000, América Latina fue un continente en rebelión. La rebelión anti neoliberal, cuyo primer campanazo fue el Caracazo de 1989 se extendió como un reguero, y fueron los pueblos y nuevos protagonistas como los más excluidos de la historia las comunidades originarias, los antiguos dueños de estas tierras, que en varios países estuvieron al frente en las calles y las carreteras. Es allí donde se derrotó al neoliberalismo, elemento clave de un capitalismo y del proyecto de una tardía expansión imperial. Y de allí surgieron los gobiernos populares que a fines de 2011, habían logrado por primera vez en la historia, una integración en las diversidades, la Comunidad de Naciones Suramericanas y Caribeñas. Ya el nombre de Simón Bolívar se había convertido en bandera de los desposeídos”, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina”.

Bolívar, fue la encarnación de la lucha emancipatoria y fue acompañado por la ecuatoriana Manuela Sáenz, que al final de la lucha fue ascendida a coronela del Ejército Libertador. Sus  bellas y fuertes cartas de amor a Simón Bolívar finalizaban siempre con la frase  “patriota y amante de Usted”  en  una de las historia más conmovedoras de esos tiempos de victorias y derrotas, que finalizarían con la presencia colonial en nuestra región.

El libertador de tantos países Simón Bolívar  creía en esas eternas resurrecciones de nuestros pueblos, condenados por vivir en un continente de enormes riquezas y recursos. Y sabía que sólo la unidad en la diversidad podía salvarnos de las apetencias imperiales.

Con Bolívar vimos renacer en estos tiempos a los grandes héroes del pasado y con ellos la memoria de una eterna resistencia, que es una de las características más importantes de la patria Grande. Eso héroes que tejieron la enorme raíz del árbol simbólico que sigue alimentando  cada lucha de resistencia.

Simón Bolívar nacido en caracas el 24 de julio de 1783, que encabezó los procesos independentistas en varios países de América, que logró conformar la Gran Colombia integrada por  lo que es hoy Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador entre 1821 y 1831, además de todos sus triunfos y su gloria, de que un país al independizarse se llamó Bolivia en su homenaje, sufrió duros momentos y traiciones, cuando ya el imperio naciente avanzaba sobre nuestra región, que quería anexarse.  

«La mayor idea-fuerza relacionada a Bolívar es la lucha por la independencia, la soberanía, la fundación de la República de manera antiimperialista», ha definido la historiadora venezolana Giordana García al hablar del libertador como un hombre que se adelantó muchísimo a du tiempo “que supo entender las circunstancias, comprenderlas, estar a la altura, comprender a sus semejantes en el momento histórico que le tocó vivir, por eso tuvo esa facilidad para unir a los dispersos, a los separados».

Recordaba también la capacidad de  Bolívar para aprender «la lección de que el pueblo que iba a seguir las campañas para liberarse de la corona era el pueblo pobre, negro, indígena, campesino, que solo con los criollos, los mantuanos, no podía contar».

En su pensamiento que nunca como ahora podemos rescatar de los olvidos destacan su concepción  respetando las diversidades, de la unidad a concepción de unidad dentro de la diversidad, la abolición de la esclavitud, con agradecimiento a Pétion y al pueblo haitiano,  los derechos sociales y algo muy importante que está en sus  discursos , en su obra liberadora como la importancia de la comunicación en la concientización de los pueblos, en la posibilidad de la defensa de las culturas ancestrales, como un aporte nunca valorado de nuestros pueblos originarios, de cuyo holocausto no hablamos. 

También la esclavitud fue otro gran holocausto africano que el libertador entendió profundamente como la necesidad de separar la Iglesia del estado o convertirse, de acuerdo a la historiadora venezolana en  «uno de los primeros feministas, un hombre antipatriarcal».

Queda en la historia su figura enorme  en batallas memorables, en Congresos como el Anfictiónico de Panamá en 1826 en  referencia a la Liga Anfictiónica de la Grecia antigua, una primera asamblea diplomática en aquel país del istmo con tanta importancia estratégica hasta estos días. También hechos fundacionales como el Congreso de Angostura de 1819, y piezas literarias como la propia carta de Jamaica y documentos que bien podrían estar en la mesa de políticos de nuestro tiempo, que olvidan donde está el enemigo principal, el mismo que Simón Bolívar vio  en sus comienzos imperiales.

 Vivió el dolor de la traición la división de la Gran Colombia y murió en la pobreza y la soledad en Santa Marta, Colombia en 1830. Pensó que había arado en el desierto. Pero hoy en pleno siglo XXI el pensamiento bolivariano,  está en la cabeza y en el alma de la resistencia, en tiempo de luchas de liberación y de emancipación definitiva, cuando el imperio que el vio nacer está en su período de mayor decadencia, y no es ya la única potencia del mundo, porque el equilibrio de la multilateralidad ha regresado,  a tiempo para salvar a la humanidad, como Bolívar se atrevió a soñar y a vivir.No aró en el desierto, lo sembró de ideas y voluntades, pensamiento y acción.

*Periodista y escritora especializada en política internacional.

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