Otra vez más, como todos los 25 de enero, los equipos de los/as/es reporteros/as/es gráficos están en alto y se escuchan voces que expresan “¡Cabezas, presente! El periodismo del país recordará a José Luis Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias, que fue secuestrado, torturado y asesinado.

El compromiso que debemos continuar asumiendo es el de no olvidar y reivindicar su rol periodístico como trabajador de prensa en una década de oscuridad neoliberal, donde muchos como Cabezas no cesaron en el pedido de justicia.

El brutal crimen de Cabezas en 1997 alcanzó rápidamente dimensión y trascendencia nacional e internacional. Varios factores se conjugaron para ello. Una sociedad harta de corrupción y de muertes vinculadas al poder, el crimen de una víctima inocente y diferentes sectores que reclamaron el esclarecimiento del hecho, incluida la prensa masiva con su posibilidad de amplificación de los pedidos de justicia.

El de Cabezas fue un crimen paradigmático. Dejaba al descubierto un esquema mafioso de acumulación de poder, con el apoyo de la corrupción policial estructural. Puso en evidencia la continuidad de las prácticas más siniestras de los tiempos de horror en nuestro país, en el marco de un proyecto de Nación que protegía a los poderosos y excluía a las mayorías.

José Luis Cabezas es un símbolo de los/as/es trabajadores/as de prensa que testimonian momentos críticos de la historia que producen un punto de quiebre. Renueva el sentido de nuestra profesión, su función social a pesar de la maquinaria industrial que representan los medios hegemónicos.

Se conmemora hoy en todo el país el “Día Nacional del Reportero Gráfico” y es una jornada de hondo significado para los trabajadores de prensa que registran la realidad a través de sus fotografías.

Dirección de Prensa y Comunicación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.