DERECHOS HUMANOS

Por Arturo Depratti Ramírez Abella*

Los años 90′ son conocidos como la década de la impunidad, las leyes de Obediencia Debida, Punto Final impedían la posibilidad de  juzgar a los responsables de los crímenes de la dictadura y los posteriores indultos dejaron en libertad a los pocos genocidas que había detenidos. Las políticas neoliberales que comenzaron con la dictadura cívico-militar y continuaron en  los gobiernos de Alfonsín y Menem, habían dejado a gran parte de nuestro pueblo sumergido en la pobreza y  la represión estatal, contra quienes se enfrentaban a ellas, era una constante.

En ese contexto, el 20 de abril de 1995, la Comisión de Memoria, Recuerdo y Compromiso realizó un homenaje a los/as/es estudiantes víctimas del Terrorismo de Estado de la Facultad de Humanidades. Ese día nació H.I.J.O.S. La Plata y  marcó un antes y un después para las hijas y los hijos de desaparecidos/as/es y asesinados/as/es en la última dictadura cívico militar de la ciudad de La Plata. Una gran cantidad de hijos/as/es participamos de aquel homenaje que marcó el hito fundacional de nuestra organización. Recuerdo como si fuera hoy la intensidad y la emoción en las miradas de quienes subimos al escenario a brindar testimonio, los/as/es hijos/as/es estábamos unidos/as/es y estábamos de pié.

La formación de H.I.J.O.S. La Plata fue un cimbronazo existencial para quienes participamos en este colectivo, fue el espacio en el que pudimos vivenciar colectivamente esa experiencia de repensar la historia traumática de la desaparición de nuestros/as/es viejos/as/es con otras y otros que habían vivido lo mismo, fuimos la generación que pudo poner en palabras el trauma de la dictadura.

La trayectoria militante de HIJOS La Plata se inscribe en un linaje de lucha inaugurado por las Madres de Plaza de Mayo, su irrupción en el movimiento de Derechos Humanos cambió la pregunta de «Dónde están nuestros/as/es hijos/as/es» a «Quiénes fueron nuestros/as/es viejos/as/es». Lo que operó fue el armado de un rompecabezas individual y colectivo en el que reivindicábamos la historia revolucionaria de nuestros/as/es viejos/as/es, sus ideales y las organizaciones en las que militaban  en una relación afectiva con la historia y de hermandad con nuestros/as/es compañeros/as/es. Fue una experiencia emancipatoria y constitutiva de nuestra identidad.

Ante la imposibilidad de acceder a la justicia emprendimos la tarea de aportar a la construcción de la condena social a los genocidas a través de los escraches, que fueron una auténtica fiesta vinculada al reclamo de justicia. De esta manera, desde H.I.J.O.S. La Plata, pudimos nombrar la impunidad de manera concreta y empoderarnos del concepto de justicia  desde una lógica de resistencia a la impunidad.

Con la llegada de Néstor  y Cristina hubo un cambio de paradigma en la política estatal por  Memoria, Verdad y Justicia. El movimiento de Derechos Humanos había mantenido viva la llama de la demanda y fue la primera vez que esa demanda fue escuchada por un gobierno y transformada en política de Estado. A partir 2004, con la derogación de las leyes de la impunidad, comenzaron los juicios de lesa humanidad a lo largo del país, las hijas y los hijos participamos en ellos y pudimos acceder  a la justicia por la que tanto anhelamos y por la que tanto luchamos. Durante todos estos años vivimos  cada sentencia como un logro colectivo, cuando un/a/e compañero/a/e recibe justica la recibimos todos/as/es y  cuando se condena a un genocida, también estamos condenando a todos. La dimensión de los juicios por crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura es enorme en términos reparatorios.

A 26 años de nuestra fundación seguimos apostando a la lucha colectiva, desde el amor y la contención hacia la militancia y la transformación mediante la política. H.I.J.O.S. Regional La Plata   constituye una autentica trama político- afectiva, que nos vincula con nuestro pasado, el presente  y nos proyecta hacia el futuro.

*H.I.J.O.S. La Plata.

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