PRENSA

Por Inés Desuk*

El bullying o acoso escolar es una grave problemática mundial, que afecta a millones de niños, niñas, niñes, y adolescentes. Detrás de las estadísticas, que son alarmantes, hay nombres propios, cuerpos y psiquis sometidos a hostigamiento, agresiones, amenazas, acoso homofóbico, ciberacoso.

¿Qué nos aporta el psicoanálisis para entender el bullying?

Desde el psicoanálisis podemos pensar a la violencia social actual, como una de las nuevas y decisivas envolturas formales de los síntomas sociales. Manifestación de la ruptura del lazo social, del lazo libidinal entre los seres humanos, que también se manifiesta en las niñeces y en las adolescencias. Por eso el bullying como síntoma social de nuestra época.

Freud se refería a la pulsión de muerte como una tendencia autodestructiva, pero que se manifestaba en la relación interpersonal como agresividad hacia los otros, hacia los más íntimos.

Primando el goce sobre el ideal, la violencia hoy se presenta no solo fuera de la ley sino fuera de sentido, en la época del Otro que no existe, como la han denominado Eric Laurent y J-A Miller.

El acoso escolar ¿síntoma de qué?

¿Qué de lo propio de la época aparece, y qué de lo atemporal se presenta en estos actos violentos denominados bullying? ¿Qué de la satisfacción sádica allí en juego?

En relación a lo contemporáneo, síntomas sociales como los mediados por las tecnologías, el empuje a la diversión y el espectáculo, el atentado a la intimidad por la difusión en las redes, en sintonía con la declinación paterna es algo que podemos ubicar en el acoso escolar. Algo de la época se vislumbra en estas prácticas violentas en las escuelas.

Aparecen las figuras del acosador, el acosado y el grupo espectador, que mira tanto en vivo y en directo, como también a través de las pantallas cuando el acoso es grabado. Satisfacción de mirar y gozar viendo al otro víctima, junto al pánico de ocupar ese lugar de segregado.

La caída de la autoridad encarnada tradicionalmente por el padre y por sus sustitutos (profesores, maestros, curas) se relaciona también con ésta problemática en las escuelas.

El bullying como síntoma de esos cuerpos agitados, desbrujulados, desorientados, sin el orden del padre, de la autoridad, de la ley.

La época en la adolescencia. El adolescente hoy

El adolescente freudiano, el adolescente moderno, era rebelde pero dentro de un marco dado por la ley, por el padre, por el Edipo. Se trataba de una rebeldía orientada.

Pero hoy en día la figura del adolescente queda suspendida en un futuro líquido, nada sólido ni firme. Desamparados y desamparadas ante la manifestación muy pobre de lo que los adultos y las adultas quieren y esperan deelles, aparece la violencia como uno de los síntomas.

Las coordenadas modernas del espacio y el tiempo cobran también hoy otra dimensión, y parece que hay que correr, con un imperativo superyoico que ya no es la represión de las mociones pulsionales sino el goza consumiendo.

Dentro de esta nueva lógica epocal, quien es lento/a/e, desatento/a/e, raro o rara, suele ser objeto de burla, malos tratos, bullying. El acoso de un cuerpo a cuerpo en el que participan varios cuerpos. Esos testigos que muy pocas veces son adultos, y adultas, pero a quienes podemos entender también va dirigido el espectáculo.

Otra característica: silencio de las víctimas, que callan, no responden, no denuncian. La inhibición que invade. El hecho traumático que guardan en silencio, y que deja huellas profundas e insoportables, a veces durante mucho tiempo.

El encuentro con un analista, que propicie las coordenadas para el pasaje del síntoma social al síntoma singular, permitirá que ese traumatismo del acoso, encuentre al menos una reducción, una tramitación de esa vergüenza que suele empujar al mutismo. Buscar que logren correrse del lugar dedesecho del grupo debe ser el horizonte de dicho trabajo psicoanalítico.

*Lic. y Prof. en Psicología.

Docente extensionista FPyCS – UNLP

Directora del Programa Interdisciplinario de

Contención Universitaria, dependiente de la

Secretaría Académica – FPyCS – UNLP

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