PRENSA

Por Sebastián Palma*

Ser voluntario/a/e es una decisión individual; decidir estar, ayudar, sumarse. La trama que construye esa determinación es colectiva. El héroe que se puso el traje de cuidador/a/e promotor/a/e de la salud de la patria fue y es la sumatoria de estudiantes, docentes, Nodocentes, graduados/as/es e integrantes de organizaciones sociales que definieron priorizar a los/as/es otros/as/es y se sumaron a la organización de la estrategia nacional y provincial.

La convocatoria realizada al principio de la pandemia desde la UNLP en articulación con todas las facultades y colegios para el desarrollo integral de acciones tendientes a mejorar el acceso a servicios de salud esenciales, así como la implementación de diversas estrategias de asistencia y acompañamiento a personas pertenecientes a los grupos de riesgo y poblaciones desfavorecidas o excluidas, puso de manifiesto la voluntad de los/as/es integrantes de la comunidad universitaria. 

En el momento de mayor incertidumbre, con temores multiplicados desde las usinas de los medios de comunicación hegemónicos, una convocatoria realizada a formar un banco de datos a la espera de lo que las autoridades sanitarias definieran como tareas prioritarias, nucleó la decisión de más de 2.000 estudiantes, docentes, Nodocentes y graduados/as/es en algo más de 48 horas. 

En 17 meses de pandemia, la propuesta incluyó la capacitación de estas/os/es voluntarias/os/es para la prevención, detección y tratamiento de pacientes con sospecha y confirmación de Covid-19; acciones de fortalecimiento de las capacidades estatales frente a la emergencia sanitaria, asistencia a dispositivos de acompañamiento a poblaciones vulnerables, realización de prácticas socio-comunitarias y sanitarias; producción y entrega de insumos y elementos de higiene y protección personal, y producción de materiales para la divulgación de protocolos de actuación y de cuidados, entre otras.

Jornadas largas con frío, lluvia, o mucho sol; viajar en micros de línea semivacíos con temores cruzados.  Contener a otro/a/e angustiado/a/e al otro/a/e lado de la línea, ver cómo sigue su salud, después la de cada uno/a/e de sus contactos que se iban contagiando en esa casa con poco espacio. Caminar, golpear puertas, romper prejuicios allí donde no llegaba la información esencial, pero si las cadenas que ponían en duda los operativos. Volver, ayudar en la anotación para la vacuna. Volver otra vez, llevarlo/a al lugar de vacunación, o vacunarlo/a. Hacer máscaras o barbijos, cuando los mismos de siempre decían que iban a escasear. Abrir la olla, cocinar, a pesar de todo, para todos/as/es. Pensar en las trayectorias estudiantiles, en que los pibes y las pibas sigan en la escuela.

Las anécdotas son miles, como las enseñanzas y los aprendizajes. Las imágenes históricas, como las filas de voluntarios/as/e sacándose los mamelucos luego de ser rociados con el desinfectante, para subir a un micro con 30 asientos en el que por protocolo subían 15.  Las caras tapadas, aprender a reconocerse por los ojos. Diálogos: “Como voy a hacer sin vos, que sos como mis muletas”. “Pensá que soy las rueditas de la bicicleta…que las sacamos. Te vas a caer dos o tres veces, pero después vas a salir para adelante”.

Los nombres son miles. Son compatriotas estudiantes, docentes, Nodocentes, graduados/as/es, e integrantes de organizaciones sociales. Son compañeras y compañeros que vemos todos los días. Que vamos a seguir viendo. Que aún con riesgo personal salieron, porque priorizaron la salud colectiva. Que se sumaron a la convocatoria de la Universidad, y de un estado Nacional y Provincial que definió priorizar la vida asumiendo era su deber.

Son voluntarios/as/es que sumaron su decisión individual a una trama colectiva, organizada, que dio y sigue dando pelea contra la pandemia, la infodemia y todo lo que atentó contra la salud en general. Cuando la pandemia sea un recuerdo, los seguiremos cruzando por los pasillos de esta universidad, o por las calles de la ciudad. Y ver a cada uno/a será ver la historia, al héroe colectivo, a todos/as los que pusieron su cuerpo para cuidar la vida de todos/as/es.  

*Secretario de Extensión Universitaria de la UNLP.

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