PRENSA

Por Julia Basualdo*

Como cada 8 de marzo, el mundo conmemora a las cientos de mujeres trabajadoras que fueron asesinadas por reclamar mejores condiciones de trabajo y un salario justo. Se trata de un día que con el transcurso de los años fue transformándose, por su significación, sus demandas y luchas. De un tiempo a esta parte, son innegables los avances que sucedieron en materia de derechos para las mujeres, pero aún falta mucho y por eso salimos a las calles.

Salimos a las calles para encontrarnos con nuestras pares, para gritar todas juntas que estamos hartas de la violencia machista que amenaza nuestras existencias y que cada 26 horas arremete la vida de una de nosotras. Salimos a las calles para exigir la creación y efectiva implementación de políticas públicas para las mujeres y disidencias. Saldremos para reclamarque se realice de forma inmediata una reforma judicial transfeminista.

Decidimos seguir organizándonos y dando batalla porque anhelamos y necesitamos creer que otra sociedad es posible. Salimos a las calles para encontrarnos y sabernos juntas, para celebrar lo que tenemos y no teníamos, para reivindicar a cada compañera que dejo su vida luchando por una sociedad feminista.

Este 8 de marzo, no estaremos todas, no estarán las miles de víctimas de femicidios y transfemicidios, no estarán también quienes pese a ser su derecho no pueden parar en sus trabajos porque aún hoy, el sistema laboral sigue siendo injusto para muchas de nosotras.Pero quienes tenemos la libertad y la suerte de poder asistir, lo haremos por todas ellas, con canticos, carteles, actividades y poniéndole el cuerpo a una jornada que nos pertenece. Saldremos a las calles a visibilizar nuestras diversas demandas y una vez más, el mundo nos escuchará.

*Integrante de la Secretaria de Género de esta casa de estudios.

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