Por Carlos Ciappina (*)
El día 30 de noviembre de 1955 Aramburu ordena la disolución del partido peronista. Surge entonces «¡No me olvides!». Arturo Jauretche escribió un poema en homenaje a la resistencia. Luego de derrocar a Perón, la revolución fusiladora proscribió al peronismo con pena de prisión.
Tras el derrocamiento del Presidente constitucional Juan Domingo Perón, entró en vigencia el decreto Nº 4161 mediante el cual se prohibía la pronunciación del nombre de Perón, sus familiares y Eva Perón (o como el nombre que le había dado el pueblo. También estaba prohibido decir “Justicialismo” o exhibir alguno de los símbolos que representaban al gobierno derrocado. La pena que establecía el decreto era de cárcel por seis meses o más.
Pero el régimen represivo no pudo con la creatividad del pueblo. Los peronistas, entonces proscriptos, negados y perseguidos, usaban en la solapa del saco un ramito de flores “no me olvides” para identificarse en el espacio público. El nombre de la flor aludía directamente a la consigna política que los propios peronistas se habían asignado: prohibido olvidar al gobierno y las personas que habían dignificado a los trabajadores.
Este símbolo de lealtad al proyecto nacional inspiró a Arturo Jauretche a escribir un poema sobre la resistencia.
No me olvides
No me olvides, no me olvides
no me olvides,
es la flor del que se fue.
No me olvides, no me olvides
No me olvides,
volveremos otra vez.
Es el novio de la patria
de la patria que le espera.
Volverán los no me olvides,
volverán en primavera.
¡No me olvides, no me olvides,
no me olvides!
Canta el pueblo de Perón.
No me olvides sobre el pecho,
no me olvides pegadito al corazón.
Volverán los no me olvides
cada año a florecer.
Con la flor de no me olvides
no olvidando esperaré.
No me olvides, no me olvides
No me olvides.
Es la flor del que se fue.
No me olvides, no me olvides,
No me olvides
¡¡Volveremos otra vez!!
(*) Vicedecano y docente FPyCS UNLP