DERECHOS HUMANOS

Ahora que no nos ven

Por Dolores Mallach (*)

El movimiento Ni Una Menos se ha consolidado en Argentina como una voz poderosa contra la violencia de género y las políticas que afectan negativamente a las mujeres y personas LGBT+. Este lunes 3 de junio, las calles se llenarán nuevamente para luchar y defender los derechos de las mujeres y disidencias, en un contexto de múltiples ataques a nuestros derechos por parte del gobierno de Milei que nos ha elegido entre sus enemiga/ues principales. Alzaremos la voz en contra de los femicidios y transfemicidios.

Será una marcha signada por el creciente contexto de violencia y políticas de ajuste promovidas por el gobierno de Javier Milei, desde la eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, el proyecto que intenta derogar la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la prohibición de la Educación Sexual Integral, el lenguaje inclusivo y la perspectiva de género, hasta la la desmantelación de políticas que se habían consolidado como parte de las conquistas de derechos impulsadas durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner que, aunque perfectibles, fueron de avanzada, tanto en la prevención de las violencias, como también en las políticas dirigidas a la promoción de la reducción de las brechas de género.

Este contexto, donde se nos niega como sujetos de derechos, reduciéndonos a cuerpos desechables por el capitalismo, que plantea a las diversidades sexuales como una enfermedad, negando sus identidades disidentes a la vez que niega la violencia de género, encuentra su punto máximo en el gran proyecto capitalista, patriarcal, misógino y colonialista que es la Ley de Bases. La misma propone eliminar la moratoria previsional, le quita la posibilidad de jubilación sin haber cumplido 30 años de aportes a centenas de mujeres, y obliga a las personas gestantes a trabajar hasta diez días antes del parto; todas medidas que representan un ataque directo a los derechos de la/es trabajadora/es que refuerzan la precarización laboral y feminización de la pobreza, siendo siempre las mujeres y el colectivo LGBT+ las/les más golpeadas/des, agravando las condiciones para el acceso a derechos esenciales. A todo ello se suma la creciente crisis social y económica que recae especialmente como siempre en las mujeres y personas del colectivo LGBT+ que deben cargar aún más que antes con los trabajos de cuidados y hacer lo imposible para sobrevivir y sin contar siquiera con la mínima asistencia.Esto, sin mencionar las toneladas de alimentos que se están venciendo en galpones sin llegar a los comedores en donde nuevamente las mujeres y diversidades ponemos el cuerpo y la energía para alimentar al pueblo.

El triple lesbicidio en Barracas es quizás el mayor símbolo de las múltiples violencias que el gobierno de Milei ha desatado contra mujeres y personas del colectivo LGBT+, en donde un varón, validado por los discursos de odio del Gobierno Nacional, atacó a tres mujeres por su orientación sexual al grito de que eran lesbianas, mientras arrojaba una bomba molotov. Aún así, desde el gobierno decidieron no nombrarlo como lesbicidio y el vocero presidencial declaró que “no ve ninguna especificidad en el tema”.

Esta semana, una maestra en el Chaco, Erica Torres y Mariel Jiménez en Lugano, CABA, fueron víctimas de nuevos femicidios. Mariel había denunciado a su ex pareja, pero el poder judicial y el gobierno de la Ciudad le dieron la espalda. Erica debía hacer dedo para llegar a su lugar de trabajo, la biblioteca de la Escuela 266 de Charata. También a ella el gobierno decidió no darle respuesta, como a miles de maestras/es rurales que no cuentan con la movilidad ni con los salarios suficientes para poder afrontar gastos de traslado.

A casi diez años del primer Ni Una Menos, el movimiento enfrenta numerosos desafíos. La implementación de políticas efectivas sigue siendo desigual e insuficiente. La lucha continúa no solo contra la violencia de género, sino también contra las políticas neoliberales que exacerban las condiciones de precariedad y exclusión, y difunden y promueven discursos antifeministas y misóginos que legitiman y potencian las violencias machistas. El movimiento Ni Una Menos sigue siendo una fuerza vital en la lucha por una sociedad más equitativa y segura. Su impacto continúa resonando, inspirando a nuevas generaciones a unirse en la lucha contra la violencia machista y las políticas de ajuste. El 3 de junio, nos vemos en las calles para alzar nuestras voces y exigir justicia por las víctimas de Barracas, los femicidios y transfemicidios cada 37 horas (según datos del observatorio “Ahora que si nos ven” hasta abril de este año), exigir la anulación al DNU 70/2023 actualmente vigente y detener la aprobación de la Ley de Bases, porque es en las calles que mostramos la fuerza que tenemos para enfrentar a este gobierno.

Si estás atravesando una situación de violencia de género, podés comunicarte con:
1) La Secretaría de Políticas de Género y Feministas a través de Instagram @generofpycs, o de lunes a viernes de 10 a 17 hs en la oficina 34 – 3° Piso de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social – UNLP;
2) La línea 144, disponible las 24 horas, todos los días. La misma brinda asesoramiento, contención y derivación para víctimas de violencia por razones de género. Es gratuita y confidencial. También podés contactarte por WhatsApp y Telegram a los números: 221-508 5988 y 221-353 0500; y
3) El 911, en casos de emergencia.

(*)Equipo UDA. Secretaría de Políticas de Género y Feministas. FPyCS – UNLP.

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