ACADÉMICA

La Secretaría de Posgrado de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP informa que el próximo cuatrimestre se vuelve a abrir el dictado de la Especialización en Periodismo Cultural.

Los/as/es interesados/as/es deberán presentar la siguiente documentación para participar de las cursadas que comenzarán en el mes de agosto:
-Currículum Vitae que contenga estudios de grado y posgrado, si lo tuviera, experiencia en el campo laboral, capacitación profesional, antecedentes docentes y toda aquella información que el interesado considere relevante.
-Copia certificada del título de grado (antecedentes que acrediten una especial preparación acorde con el programa).
-Formulario de preinscripción enviado por la Secretaría de Posgrado.
-Formulario de preinscripción emitido por el Sistema SIU UNLP.

Para más información comunicarse a: posgrado@perio.unlp.edu.ar

En el marco de la reapertura de la Especialización, su directora, la Dra. Marina Arias, dialogó con Juan Pablo Russo, periodista, crítico cinematográfico, curador y gestor cultural sobre el panorama actual del mundo audiovisual argentino.

Panorama del mundo audiovisual
“En este momento la situación del mundo audiovisual es caótica, por ser generoso con mis palabras. Estamos en un momento muy difícil para el cine argentino, que tantas alegrías le ha dado al público a lo largo de todos estos años, con una producción amplísima, con premios en festivales y en eventos vinculados al cine. Poco a poco vemos que la actual es una gestión a la que no le interesa el cine, que no tiene ni idea del cine, que no sabe nada más que de economía y de querer reducir gastos. Está destruyendo una industria. No hay nada más lejano y falso que esas ideas y afirmaciones de que el cine le saca dinero a los chicos pobres y que por eso se mueren de hambre. El cine no le saca plata a nadie, el cine genera dinero como toda industria.

Cuando una película se hace, más allá de que tenga un subsidio estatal, que ocurre en todos los países del mundo -menos India y Estados Unidos, de forma directa, pero sí de forma indirecta porque a quienes invierten se les descuentan impuestos – el cine genera dinero porque las películas se venden a plataformas de streaming, se venden a compañías aéreas para que las pasen en los vuelos, se venden a hoteles para ser emitidas allí, se venden a otros países para estrenarse en otros territorios y tienen un recorrido por festivales que pagan por las proyecciones. Es decir: más allá de que no le saca dinero a nadie, el cine nacional ingresa dinero al país. Ingresa dólares al país, que es lo que el país necesita, además de generar muchos puestos de trabajo. La industria audiovisual genera 700.000 puestos de trabajo en la Argentina. No es algo insignificante. Es cierto que hay cosas que mejorar pero mejoremos las cosas que están para mejorar, no destruyamos una industria que es una de las más grandes en Latinoamérica.

Cuando viajo a otros países veo que todo el mundo está sorprendido por la cantidad de películas que se hacen en Argentina. En todos los festivales de cine siempre hay una, dos, tres, cinco, diez, quince películas argentinas. Y si no se hicieran cantidades de películas no tendríamos representaciones, porque eso es por la diversidad que hay en cuanto a temas, a narrativas, a estilos. Y sí: por ahí puede haber una película mala, puede haber diez películas malas, puede haber treinta películas malas, pero pasa en todas las cinematografías del mundo. Todas las películas no son obras maestras. Hay películas mejores y películas peores. El cine de Hollywood también tiene películas muy malas. Está bien que son taquilleras por una cuestión de marketing: están destinadas a un público pochoclero que consume este tipo de cines. Pero también es cierto que hay películas del cine francés que son de autor y que no funcionaron y que fueron un fracaso en la taquilla. O películas del cine italiano o del cine coreano, por nombrar otras cinematografías del mundo.

Por otro lado, está la cuestión del desfinanciamiento del Festival Internacional de Mar del Plata. Desde las altas esferas del INCAA dicen que si hay inversiones privadas lo van a continuar, que lo quieren continuar. La propia ciudad de Mar del Plata está luchando para que se haga. Porque un festival, más allá de pasar películas, le sirve a la ciudad porque lleva gente, y le da visibilidad al lugar en los medios tanto nacionales como internacionales. Eso pasó con Buenos Aires con el Bafici que se realizó en abril. Gente que vino de afuera (programadores, actores y actrices, productores, realizadores) que genera un cruce para el futuro, genera negocios, además de proyectar películas.

Y en relación al financiamiento privado, también es cierto que en este contexto económico es muy difícil que las empresas privadas quieran apostar a eventos culturales. Cuando se empiezan a reducir gastos, los gastos que se reducen son siempre en la cultura, tanto de las empresas como del público en general. Si yo no tengo para comer, no voy a ir al cine.

El recorte hacia el sector audiovisual no es una cuestión económica sino ideológica. Me parece que el ensañamiento del presidente tiene que ver con que el mayor porcentaje de gente vinculada a la cultura es progresista y él detesta el progresismo, entonces su forma de ponerse en contra de quienes generamos cultura es desfinanciando la cultura y peleándose con la cultura en general. No es una cuestión económica. Sinceramente y parafraseándolos a ellos: no la ven”.

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