2 de abril Malvinas: herida abierta, memoria permanente

PRENSA

Por Francisco Marano*

El 10 de junio se celebra el Día de la Afirmación de los Derechos Soberanos sobre las Islas Malvinas, Georgias, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Como toda efeméride, remonta a un hito histórico enclavado en la memoria colectiva de nuestro pueblo. En este caso la instauración de la Primer Comandancia Político Militar ordenada por el gobierno de Buenos Aires en cabeza de Luis Vernet en 1829, cuando por primera vez por orden de un gobierno del incipiente estado se izó la bandera argentina en las Islas.

Aquel 10 de junio, 192 años atrás, Luis Vernet se instauró en las Islas Malvinas, extendiendo su título a los espacios marítimos circundantes e incluso a la Isla de Tierra del Fuego, para ejercer, en nombre del gobierno de Buenos Aires, la comandancia sobre el territorio de las Malvinas. En esa época, la población en el archipiélago no era estable y oscilaba entre las 150 a 300 personas entre los residentes permanentes y los que viajaban por motivos comerciales. Había campesinos de distintas provincias (Córdoba, Santa Fe, Montevideo) también ciudadanos europeos, pobladores originarios  Tehuelches y también gauchos llevados como peones por las familias allí instaladas –de hecho entre la comitiva que acompañó a Vernet, se encontraba el Gaucho Rivero, quien se transformaría en un ícono de la lucha soberana por las Islas tras la invasión inglesa-.

La decisión de instalar la comandancia en ese lugar estratégico, más allá de la habilidad política de Vernet de lograr la decisión por una cuestión empresarial que le era favorable, responde en primer lugar a la actividad comercial diversa, fructífera y prometedora. La cría de lobos marinos, de ovejas, la caza de guarás, las vastas tierras de cosecha, y el imponente territorio marítimo circundante era una promesa de prosperidad para la creciente “nación”. Pero en segundo lugar no es casualidad que el gobierno de Buenos Aires haya decidió establecerse allí por tratarse de un punto estratégico. No olvidemos que en Carmen de Patagones el 7 de marzo de 1827 se libró una batalla con el imperio Brasilero, entonces es razonable pensar en fortalecer la Defensa del Virreinato ante una posible futura amenaza extranjera. En efecto, las Islas constituyen un punto comercial, militar y político. La visión estratégica motivó esa impronta soberana y determinó que se instalara el Primer gobierno de las Islas. Años más tarde en 1833 se produce la usurpación británica que se mantiene hasta el día de hoy, pese a los innumerables reclamos argentinos que seguiremos sosteniendo de forma inclaudicable.

Nos debemos como pueblo un ejercicio de memoria y vale preguntarnos qué nos ha ocurrido a los argentinos a lo largo de estos 192 años. Conjeturar sobre cuáles fueron las causas que determinaron que esa visión soberana relativa a las Islas –que constituye una clara metáfora de la soberanía latinoamericana-, se haya visto en peligro tantas veces a lo largo de nuestra historia. Esa visión estratégica de concebir al territorio marítimo como clave esencial para el desarrollo nacional, la labor conjunta de los pueblos latinoamericanos para el desarrollo económico comercial, el punto estratégico que las Islas constituyen en el Atlántico Sur para América Latina de cara a la Antártida, parece ser casi una realidad incuestionable. Estos hitos históricos confirman el camino de constitución de nuestra Soberanía Popular.

Frente a ello y como antítesis podemos pensar a modo de ejemplo en las regalías pesqueras que se han “regalado” a empresas foráneas resignando miles de millones de dólares anuales y una cantidad inconmensurable de proteína animal que podríamos estar utilizando para alimentar a las infancias de nuestra América –Acuerdo Foradori-Duncan-, o la “entrega” de la soberanía deliberada tras el conflicto bélico de 1982 por parte de las fuerzas armadas que es ocuparon más bien de torturar a los soldados conscriptos que de hacer una Defensa efectiva del territorio -conductas que aún siguen impunes por la inactividad, por no decir complicidad, del poder judicial de la nación-. Incluso la existencia de la base militar más grande la OTAN en el hemisferio sur instalada en las Islas desde 1986, con posibilidad de colocar tropas armadas en menos de dos horas en cualquier punto geográfico de América Latina.

Esta disputa de sentidos es el meollo de la batalla que debemos necesariamente seguir produciendo, para que nuestra Soberanía Popular no vuelva a verse opacada. Para honrar la memoria de Luis Vernet, para honrar la memoria de los compañeros caídos durante el conflicto bélico de 1982, pero sobre todo, porque cuando no haya dudas con respecto al rumbo que debemos continuar, podremos afianzar un futuro prospero y despojado de sometimiento para las generaciones venideras, porque el desarrollo de la explotación marítima, la importancia de su ubicación geográfica en el Atlántico Sur y la promesa de prosperidad siguen siendo la garantía de éxito para la emancipación política, económica y cultural de todo el continente Latinoamericano.

*Abogado (UNLP). Docente adscripto de la Cátedra Libre: Malvinas, Comunicación y Nación de esta casa de estudios.

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