Por la Dra. Silvina Mariel Pauloni*
Ayer y hoy, por más derechos
En diciembre de 1992 por decreto, las cooperativas telefónicas (entes surgidos para que el teléfono se extendiese territorialmente) obtuvieron las licencias y se posicionaron en igualdad de condiciones que otros prestadores del servicio nacional e internacional. Las telecomunicaciones, como tal, comienzan en la primera mitad del siglo XIX con el telégrafo eléctrico, que permitió el enviar mensajes cuyo contenido eran letras y números.
A partir de allí, el teléfono, la revolución de la comunicación inalámbrica: las ondas de radio, el teletipo, fueron configurando el concepto de “telecomunicación”. Desde entonces, se la puede definir como: “toda transmisión, emisión o recepción, de signos, señales, escritos, imágenes, sonidos o informaciones de cualquier naturaleza por hilo, radioelectricidad, medios ópticos u otros sistemas electromagnéticos”.
¿Pero qué significa hoy, hablar de Telecomunicación?
Las transformaciones y cambios relacionados con la producción/consumo del conocimiento que se generan en la actualidad, abren la posibilidad de pensar en el lugar que tienen las nuevas tecnologías en el desarrollo cotidiano, pero también la manera en que las consumimos y nos identificamos con ellas. La masificación en el acceso a las Tics y la intensificación de sus usos por parte de diferentes actores sociales han transformado a la Red en el instrumento central de la comunicación (Castells, 2001). Este proceso se inscribe dentro del paso de una sociedad industrial a una sociedad de la información, en la cual las nuevas tecnologías facilitan la creación, distribución y manipulación de los datos, mediando cada vez más en las esferas políticas, culturales y económicas.
Mirar televisión, leer un diario por internet, escuchar la radio, publicar en las redes sociales son situaciones que remiten a una gran variedad de prácticas y experiencias que obliga a reubicar la reflexión sobre la importancia de la recepción mediática en el terreno de los conflictos que articula la cultura (Martín Barbero, 1997).
Hablar de telecomunicación es pensar que cada innovación trae consigo una multiplicidad de cambios que no afectan sólo a la manera de reapropiación de la misma. Tomando como argumento palabras de Raymond Williams, destacamos el hecho de que el problema no está en las tecnologías en sí mismas, sino en lo que se decide hacer con ellas, “la tecnología particular es, entonces, un producto secundario de un proceso social que está determinado por otras circunstancias. Una tecnología sólo adquiere un status efectivo cuando se la usa con fines ya establecidos en este proceso social conocido.” (Williams, 1981).
El desarrollo de las Telecomunicaciones ha generado un impacto positivo en la Sociedad, facilitando las comunicaciones, el desarrollo de actividades productivas, contribuyendo al crecimiento económico relacionados con la productividad, el emprendimiento, la innovación y el empleo. Desde el punto de vista social, los avances en materia de tecnología están impactando de manera significativa en los sistemas de salud frente a esta gran crisis sanitaria, mediante el acceso a información online en el monitoreo, prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades. En materia de educación está favoreciendo el acceso a recursos y herramientas de enseñanza, investigación y conocimiento.
Pero todo ello una vez más, vuelve a mostrar las desigualdades. Visibiliza a quienes pueden acceder a este servicio y esconde y relega a quienes no tienen los recursos.
En estos tiempos difíciles la desigualdad digital es cada vez mayor y se propaga a la misma velocidad que la información en red.
Es necesario contar con políticas públicas firmes. El Estado es quien debe poner todos sus esfuerzos políticos para lograr achicar esa brecha. Legislar para regular a los grandes monopolios, pero también brindar recursos para su acceso, capacitación para su uso y apoyo técnico para la mantención de la infraestructura. Así, lograremos avanzar aunque sea un paso, en una sociedad más justa e igualitaria.
* Codirectora del Ceid.TV de esta casa de estudios.
