3 de julio dia del locutor

PRENSA

La voz: una verdadera estrella de fuego
Por Paola Amor *

Cuando era chica me la pasaba horas inventando voces o leyendo en voz alta lo que tuviese a mano: una noticia, un cuento, una publicidad, un poema. Como no había celulares, una radio con grabadora y unos cuantos cassettes eran mis grandes aliados para jugar a ser periodista o locutora. A mis 15 comencé a hacer radio y, en ese escenario mágico, empecé a entender a las voces como verdaderas estrellas de fuego. Las había de fuego movedizo, de fuego elástico y hasta de fuego parpadeante. Comprendí entonces que las voces -todas las voces- son como los fueguitos de los que habla Eduardo Galeano: no existen dos iguales, brillan con luz propia y hay de todos los colores.

Hoy, como cada 3 de julio, se celebra en todo el país el día de los/as/es locutores/as, como un  modo de recordar a quienes se dedican a ponerle voz a programas de radio y televisión, audiolibros, podcast, publicidades; a quienes conducen eventos, son actores y actrices de doblaje, graban voces institucionales, son la voz de un estadio, o ponen sus voces en entornos digitales como videojuegos, stories, audiovisuales, entre otros. Todos formatos con diversas particularidades que van cambiando con el tiempo pero que confluyen en un punto en común: la interpretación. Porque nuestro trabajo comienza mucho antes de abrir la boca y emitir sonido frente al micrófono. El principio es imaginar la esencia de cada palabra y también la integralidad del material, decodificar lo que se nos está pidiendo y poder aportar nuestra propia impronta. Pensamos en el timbre, el tono, el volumen, la articulación, la dicción, la velocidad, el ritmo, la respiración, las pausas, activamos todas las herramientas posibles, preparamos la voz y despertamos el cuerpo desde los pies a la cabeza con el objetivo de transmitir emociones.

Para quienes egresamos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de la Plata, desde el 2014 el festejo de este día es por partida doble. Desde aquel entonces, un convenio con el ISER permite a los/as/es graduados/as/es de las distintas carreras acceder a una formación como futuros/as/es locutores/as integrales, aprender técnicas para un correcto uso y cuidado de la voz y ganar expresividad en todo tipo de textos. Una carrera que muchos/as/es esperábamos y que sin dudas potenció nuestro desarrollo profesional y vino a reafirmar cuan poderoso es en términos comunicacionales combinar la claridad del qué decir, saber por qué y cómo decirlo.

Me gusta pensar que ser locutora es imaginar otros mundos posibles. Mundos en los que hay que crear y desafiarse. Ser locutor/a/e implica en cierta medida convertirse en un gran coleccionista de matices. Es lograr que la voz suene a morder una manzana, huela a torta de chocolate recién horneada, se vea de un verde intenso, se sienta cálida como el amanecer, represente furia contenida o alegría infinita, vibre como el gol de Maradona a los ingleses, nos lleve al mejor momento de la infancia, nos genere misterio e incertidumbre, ruja con la intensidad de un león o sea tan dulce como una golosina.

Es también recorrer un camino donde se aprende y se entrena. Donde hacemos dialogar nuestras herramientas con las que nos ofrecen otras disciplinas como la actuación o el canto. Donde probamos una, dos y hasta mil veces; nos grabamos, nos escuchamos, tomamos nota de lo que queremos mejorar y lo volvemos a intentar. Sumamos horas de vuelo. Vamos hacia la búsqueda de versatilidad. Con pasión, siempre con pasión, como verdaderas estrellas de fuego.

Feliz día a quienes ponen corazón y voz (en ese orden) a esta hermosa profesión.

* Docente de la Facultad

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