Nos preocupa profundamente que la violencia –física y verbal- se entronice como modalidad de ejercer la política.

Los hechos ocurridos días pasados no pueden suceder en ninguna parte, menos en nuestra Facultad que siempre apostó y apuesta al diálogo, al debate y la militancia política como una de las herramientas fundamentales de la democracia.

En nuestra Casa de Estudios conviven pacíficamente más de una decena de agrupaciones estudiantiles, de las más diversas ideologías.

Una sola agrupación: Nueva Generación, es la que genera y promueve una y otra vez el conflicto y el uso sistemático de la violencia como modalidad de la política.

Somos firmes sostenedores del co-gobierno de las Unidades Académicas de nuestra Universidad, tenemos una larga historia de luchas mancomunadas entre docentes, Nodocentes y estudiantes por una educación universitaria pública, gratuita, popular y feminista.

Por eso, convocamos a la responsabilidad colectiva de todos los claustros para ponerle un freno a la violencia ejercida, algo sumamente dañino para la vida democrática, un arma que aparece en los sectores de derecha donde se falta a la verdad, se imponen mentiras, se posiciona el sectarismo y su arrogancia.

La violencia nunca será el camino para una universidad al servicio del pueblo.

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