Bandera de los pueblos originarios

PRENSA

Por Zulema Enriquez*

El 9 de agosto se conmemora el día de la primera reunión del Grupo de trabajo de las Naciones Unidas sobre poblaciones indígenas de la Subcomisión sobre la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, que sucedió en 1992.

En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió  que se celebre  el “Día Internacional de los Pueblos Indígenas” todos los 9 de agosto de cada año.

Más allá de las efemérides, estas conmemoraciones nos llevan a repensar el lugar y las construcciones  cotidianas de nuestros  pueblos originarios, según  la  ONU, representan una gran diversidad: más de 5 mil Pueblos distintos en unos 90 países que hablan  aproximadamente 7 mil lenguas del mundo. Están constituidos por 370 millones de personas aproximadamente, es decir, más del 5% de la población mundial y, sin embargo, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables representando el 15 por ciento de los más pobres.

A pesar de que las cifras son importantes y que seguramente son mucho mayor en porcentajes, porque los estados en muchos casos no tienen registros absolutos censales de sus pueblos indígenas, las políticas para ellos no son lo suficientemente importantes.

Nuestros pueblos han buscado durante años el reconocimiento de sus identidades, que se respeten sus formas de vida y el derecho sobre sus territorios ancestrales. En la actualidad no sólo no se garantizan sus derechos sino que están siendo criminalizados y estigmatizados a partir de la defensa de su territorio. Chile fue un ejemplo de ello con la aplicación de la Ley antiterrorista al Pueblo  Mapuche. En Honduras Berta Cáceres fue asesinada por la pelear con una multinacional defendiendo los recursos naturales de su país. En Colombia desde 2016 fueron asesinados 59 líderes de pueblos indígenas. En la Argentina en los últimos dos años el Pueblo Mapuche fue caracterizado por “terrorista” por el Gobierno nacional, asesinando a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel en el marco de la solidaridad y defensa del territorio recuperado.

A pesar de lo importante de la legislación vigente a nivel internacional y nacional que reconoce los derechos de los pueblos originarios como “preexistentes al Estado Nación “,  y que debe ser garantizada por  políticas de los estados, en la actualidad no se lleva a cabo.  Y son los organismos internacionales  como la ONU los que ponen en agenda estas problemáticas para después ser llevadas como  recomendaciones a los estados, aunque en muchos casos no es efectivo.  Entonces, el sentido de celebrar a los pueblos indígenas con una fecha sólo es simbólico o folclórico,  si no existen soluciones verdaderas a las tantas problemáticas de uno de los sectores más vulnerables de la población mundial.

En América Latina, alrededor del 40% de todos los pueblos indígenas viven en zonas urbanas, incluso el 80% en algunos países de la región. En la mayoría de los casos, los pueblos indígenas que migran encuentran mejores oportunidades de empleo y mejoran su situación económica, pero han de alejarse de sus tierras y costumbres tradicionales. Además, los migrantes indígenas se enfrentan a innumerables desafíos, incluida la falta de acceso a servicios públicos y a la discriminación. Estos datos contribuyen a re pensar las políticas públicas para los Pueblos Originarios, entendiendo que su territorio no sólo está en los campos sino también en la ciudad.

Este último elemento nos permite seguir re-construyendo nuestras identidades indígenas, pensarnos a los pueblos originarios como actores sociales y políticos del presente, en distintas territorialidades,  con problemáticas diversas. Esto forma parte de revisar nuestros orígenes y raíces como Pueblo. Y trabajar y visibilizar, reconociendo nuestros orígenes indígenas, afro, rompiendo la construcción de que por ejemplo:” Los argentinos bajamos de barcos europeos” o somos producto del “crisol de razas”,   esas teorías, lo único que hacen es negar nuestra identidad y nuestro origen indígena.  La Argentina tiene 36 pueblos indígenas, y muchos de ellos con un  proceso  de re autoreconocimiento. El largo proceso de construcción como Pueblo todavía no está saldado.

No hay un día especial de los Pueblos Indígenas si sólo los pensamos como elementos folklóricos y “pachamamistas” de nuestra cultura, de nuestra sociedad. Los pueblos originarios somos parte  fundamental de la sociedad, somos la diversidad cultural que hace rica a este territorio. La Argentina debe reconocerse como Estado plurinacional y  pluricultural, es el avance político necesario para romper con el modelo euro céntrico de identidad y de Nación que nos han impuesto, es la deuda pendiente del Estado, es la reparación histórica que nos debemos como Pueblo.

*Periodista y docente quechua y directora de la Dirección de Pueblos Originarios de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social

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