Monumento a Rodolfo Walsh
Al cumplirse 30 años del asesinato y desaparición del periodista y escritor, ícono del periodismo argentino, en manos de un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada ESMA, la Secretaria de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, emplazó un monumento en su memoria.
El mismo fue una iniciativa de la Secretaría de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata y contó con el apoyo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.
En el acto, realizado el 23 de marzo de 2007, estuvieron presentes Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, autoridades provinciales y municipales, personal de la UNLP y numerosas personalidades relacionadas con la lucha por el cumplimiento de los derechos humanos.
El monumento se encuentra instalado en Plaza San Martín, a metros del club de ajedrez donde que frecuentaba Walsh y muy cercano al bar dónde escuchó la frase «hay un fusilado que vive». Cabe recordar que según el periodista relatara, aquellas palabras lo llevaron a investigar el asesinato de civiles en lo que se conoció posteriormente como la «Masacre de José León Suárez», en junio de 1956, investigación que se vio plasmada en el libro Operación Masacre, publicación que marcó un antes y un después en la historia del periodismo de denuncia y comprometido con la realidad política en nuestro país.
El monumento recrea una silla en cuyo respaldo asoma el rostro Walsh tallado en tres dimensiones. En la base de la silla aparecen una máquina de escribir junto a los anteojos característicos del autor de «Quién mató a Rosendo» y «El caso Satanowsky», entre otras obras que fundieron su arte con la militancia más comprometida.
“Dar Testimonio en tiempos difíciles”, como mencionara en la “Carta a la junta Militar” sumado a su compromiso con la realidad política y social en los años del terrorismo de estado hizo que la obra de Rodolfo Walsh representara un quiebre en el quehacer periodístico de la Argentina.