Hoy se conmemora el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, en honor al médico y farmacéutico argentino Bernardo Houssay, Premio Nobel de Medicina en 1947, por sus descubrimientos científicos y médicos.

En estos tiempos la efeméride nos convoca a reflexionar sobre el rol de la ciencia y la importancia de la tecnología en nuestro país y el mundo. En ese análisis debemos poner en valor la tarea de los equipos científicos y técnicos que trabajan denodadamente para cuidar los intereses comunes del pueblo argentino.

Pero en la Patria hay nuevos aires y se presenta una meta clara: apoyar a quienes, a partir de la Ciencia y la Tecnología, surgen de un espacio que aportan a una sociedad solidaria y más humana. Ese ámbito es, ni más ni menos, que la Universidad Pública.

Las universidades públicas generan soberanía a través de la ciencia, abordan las problemática puntuales del país. Hoy  se vuelve a invertir en la Ciencia y eso traerá frutos. Sólo basta ver ante esta pandemia que son la clave para una salida mundial.

Entonces, también se presentan nuevas posibilidades que nos permiten analizar y preguntarnos qué ciencia queremos hacer, para qué y para quienes. A su vez, dentro del ámbito científico y educativo, también debemos plantearnos las desigualdades de género y la necesidad de que haya mayor paridad y más espacios para las mujeres y las disidencias.

Todas las ciencias se tornan vitales y por suerte la comunidad científica y educativa, de la que somos parte, da muestras permanentes con acciones comunitarias, propuestas, proyectos e investigaciones de que en estos tiempos difíciles de la historia que nos tocan vivir hay esperanza.