Bandera del colectivo TLGBI

PRENSA

Por Claudia Vásquez Haro*

El 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades, dejando de ser considerada como una “desviación sexual”. Desde ese entonces, las organizaciones de diversidad sexual comenzaron a celebrar el Día de Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género. Una efeméride más que se inscribe en los logros de un colectivo organizado, profundamente político, para seguir construyendo la lucha por la igualdad y la memoria Travesti, Trans, Lesbianas, Gays, Bisexuales y Generos no binaries. (TLGBIGN).

La medicina y las ciencias positivas han utilizado a la patologización como mecanismo para estigmatizar, criminalizar, excluir y marginar a las personas que formamos parte del colectivo TLGBINB. Fueron esos conceptos y representaciones los argumentos para justificar la violación sistemática de nuestros derechos humanos. El hecho de considerar a la homosexualidad como un trastorno mental posibilitó las prácticas vejatorias y de tortura para personas TLGBI, principalmente desde las ciencias médicas y jurídicas, y conto con el acompañamiento mediático y su brazo ejecutor: las fuerzas de seguridad.

Si bien la homosexualidad ha sido eliminada de la clasificación de enfermedades mentales, aún hoy la transexualidad sigue siendo considerada una desviación sexual. Esto hace que las personas travestis y trans sigan sufriendo la mayor vulneración de derechos. Los discursos de odio basados en la biología siguen reproduciendo la idea binaria de las identidades. La transgeneridad, por el contrario, rompe con la mirada cis y reduccionista de las corporalidades, superando los márgenes del género y sus representaciones.

Los avances en materia de inclusión y sensibilización respecto de la diversidad sexual han sido significativos, en un lapso de tan corto tiempo como movimiento organizado. En Argentina particularmente, las decisiones políticas junto a las luchas sociales hicieron que las conquistan sean varias, aunque aún falta mucho para lograr una real equidad. Leyes como el Matrimonio Igualitario, la Identidad de Género, el Cupo Laboral Travesti Trans, son el resultado de las demandas históricas de las organizaciones de diversidad sexual.

En nuestra Facultad, desde el año 2008 se reconoce y respeta la identidad autopercibida de sus estudiantes, siendo pionera en los debates para la posterior sanción de la Ley de Identidad de Género en 2012. Este posicionamiento político dentro de una demanda concreta, como lo es el reconocimiento de la autopercepción, amplió las posibilidades de inserción a la educación formal del colectivo travesti y trans. Todas estas herramientas construyeron espacios libres de violencia, contribuyendo a la deconstrucción y ampliación de derechos.

La creación de los Ministerios de la Mujer, Géneros y Diversidad Sexual en Nación y en la provincia de Buenos Aires, son el fruto de la lucha transfeminista. Las demandas de los nuevos feminismos que ampliaron las miradas desde un enfoque insterseccional, evidenciaron otras categorías que se imprimen en las violencias opresoras; hicieron que el nuevo gobierno en Argentina considere la importancia de trabajar desde todas las aristas la construcción de una sociedad justa e igualitaria.

A 30 años de la lucha por la despatologización de nuestras identidades, se pueden reconocer algunas conquistas del colectivo TLGBINB, esto nos marca un camino recorrido y un horizonte esperanzador. Pero aún falta el reconocimiento de nuevas identidades, como los géneros no binarios, y la respuesta a una agenda concreta de políticas públicas para nuestro colectivo y en particular medidas del Estado que reviertan la expectativa de vida de las travestis y trans que en la actualidad no superan los 35 años de edad. Asimismo aun no hemos conseguido una emancipación global de la diversidad sexual, que en 72 países del mundo es penada y en ocho castigada con pena de muerte.

Nuestro desafío es enorme, será abolir las categorías de géneros, y erradicar la violencia machista a través de la construcción de alianzas solidas entre las organizaciones de la sociedad civil y la articulación con el Estado. Es condición vital se apliquen las leyes sancionadas como Educación Sexual Integral, cupo laboral trans, entre otras y crear las que aun siguen siendo una demanda de nuestro colectivo.

*Docente investigadora y titular de la Dirección de Diversidad Sexual de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

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