PRENSA

En 1949, y en el marco del acto por el Día de la Bandera, el entonces presidente Juan Domingo Perón anunciaba la quita de aranceles de todas las universidades del país, históricos centros de formación de la élite oligárquica.

Este significativo hecho político representó la democratización de una educación superior antes restringida, permitiendo por primera vez en la historia el acceso de las clases populares a una formación académica universitaria, pública y de calidad.

Dicho anuncio, terminó por saldar una histórica deuda que se tenía con nuestro pueblo en materia educativa. Una deuda que ni la Reforma Universitaria de 1918 había saldado. De esta manera, al garantizar el libre acceso académico al nivel universitario, “La Universidad se llenó de hijos de obreros, donde antes sólo estaban permitidos los oligarcas”. Se desmantelaba un sistema meritocrático y oligarca donde las élites de nuestro país se formaban para seguir concentrando su poder y, más tarde, utilizar esos conocimientos para continuar gestionando cargos públicos de todo tipo.

En aquel histórico acontecimiento, Perón reivindicaba el deseo de Belgrano de apostar e invertir en la educación de nuestro país: “Di cumplimiento a los deseos de Belgrano de resignar recompensa en dinero que le acordara el prócer al Gobierno, invirtiendo los fondos necesarios para construir una escuela, como él lo dispusiera. Interpretando sus ideas y sentimientos, que lo impulsaran a destinar sus bienes y recompensas para construir escuelas en la rudimentaria comunidad Argentina de su tiempo, deseo anunciar que desde hoy quedan suprimidos los actuales aranceles universitarios”.

Hoy, a 71 años de aquel día, y a pesar de los constantes ataques de los gobiernos neoliberales que tanto daño le hicieron a su estructura académica, contamos con una educación universitaria masiva y popular reconocida en el mundo entero. Una Universidad que lucha día a día por ser más abierta, inclusiva, y generando constantemente nuevas políticas de permanencia.

En este sentido, entendemos que la educación no sólo es un proceso dignificante y de empoderamiento de los pueblos, sino también una herramienta democratizadora fundamental para encaminarnos hacia una sociedad cada día más justa, libre y soberana.

Agrupación Rodolfo Walsh (Conducción del Centro de Estudiantes de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP).

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