POSGRADO

Por Ailin Maizel*

Como todos los años en octubre nos teñimos de rosa (1) y se destaca el compromiso de la sociedad en la lucha contra esta enfermedad. El 19 de octubre es una fecha que busca crear conciencia y promover que cada vez más mujeres accedan a controles, diagnósticos y tratamientos adecuados y efectivos.

Pero, ¿Cómo repensamos la prevención del cáncer de mamá en este contexto de pandemia? Atravesamos un año atípico con el foco puesto en la problemática del Covid-19 que es un tema del que debemos cuidarnos y ocuparnos, no obstante, trae como consecuencia la invisibilización de otras patologías más “silenciosas” pero no por eso menos graves.

El cáncer de mama afecta mayoritariamente a mujeres mayores de 50 años, según el Instituto Nacional del Cáncer (INC) se reconocen algunos factores que aumentan el riesgo de enfermar:

•          Ser mujer y cumplir años (el riesgo aumenta con la edad).

•          Antecedentes personales o familiares de cáncer de mama.

•          Tratamiento previo con radioterapia dirigida al tórax.

•          Terapia de reemplazo hormonal.

•          Primera menstruación a edad temprana.

•          Edad avanzada en el momento del primer parto o no haber tenido hijos.

Otros factores que aumentan las posibilidades de tenerlo y sobre los cuales se puede intervenir son: sobrepeso, sedentarismo, tabaquismo y el exceso en el consumo de alcohol.

Es importante que este tema siga tomando relevancia en la agenda pública porque según el INC es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres argentinas, se estima que se producen más de 20.000 nuevos casos y más de 6.000 muertes por año por cáncer de mama.

Con estos datos no pretendo asustar si no motivar a la reflexión para que entendamos su importancia y tomemos medidas para mejorarlo. No me refiero a que se incumplan las normas de seguridad y corramos a atendernos en los centros de salud, en los casos que sea necesario puede solicitarse un turno programado y tomar las precauciones al asistir, si no es urgente se pueden continuar las consultas con los especialistas de forma virtual o por teléfono para que indiquen los pasos a seguir según cada caso.

Por su parte, la Sociedad Argentina de Mastología señaló que toda paciente que se encontraba bajo tratamiento de inmunoterapia, quimioterapia o radioterapia, no debe abandonarlo. Recomiendan reforzar todas las medidas de prevención necesarias ya que están inmunocomprometidas.

En este momento si es recomendable realizar el auto-examen mamario ya que las mujeres tienen la ventaja de poder practicarlo a solas en la comodidad de su hogar y estar atentas a la aparición de un bulto, cambio de color o anomalía en la piel.

Lo que también se puede hacer es informarnos correctamente, la información empodera y ayuda a tomar buenas decisiones sobre nuestra salud, para poder ocuparnos en el momento que sea oportuno.

Actualmente podemos investigar sobre esta problemática desde nuestra casa, pero hay que tener cuidado y buscar buenas fuentes de información porque no todo lo que encontramos en Internet es información revisada y de buena calidad, siempre es mejor informarnos por medio de organismos oficiales y profesionales especializados en el tema.

Hay muchos datos que la gente en general desconoce como que más del 75% de las mujeres con cáncer de mama no tienen ningún antecedente familiar de la enfermedad o que el 1% de los cánceres de mama se presentan en hombres.

También hay muchos mitos sobre el tema como creer que si no hay síntomas no hay que realizar la mamografía, que si se tiene implantes mamarios no se puede efectuar el estudio, que una ecografía puede reemplazar a la mamografía, entre otros.

Lo evidente es que la detección temprana del cáncer de mama y el tratamiento oportuno y adecuado, salvan vidas.

 (1) El lazo rosa como símbolo de la lucha contra el cáncer de mama se hizo popular en 1992 debido a Alexandra Penney (editora de la revista sobre salud femenina “Self”) y Evelyn Lauder (vicepresidenta de la empresa Estée Lauder) que eligieron ese color y realizaron una campaña masiva en locales de venta de cosméticos entregando el lazo rosa.

Se inspiraron en Charlotte Hayley que había padecido cáncer de mama y emprendió su propia lucha contra la enfermedad vendiendo lazos de color durazno hechos por ella. El objetivo de su campaña era concientizar a Estados Unidos para que se destinara más presupuesto al Instituto Nacional del Cáncer. Penney y Lauder se interesaron por la causa y le ofrecieron trabajar juntas, pero Hayley se negó argumentando que la intención de ambas tenía un propósito demasiado comercial y no se enfocaba directamente en su lucha. Actualmente, el lazo rosado sigue siendo utilizado por personas, compañías y organizaciones para crear conciencia sobre el cáncer de mama.

*Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UNT) y egresada de la Especialización en Comunicación y Salud (UNLP). Trabaja para el Instituto Nacional del Cáncer como navegadora del PNCCR de la provincia de Tucumán.  

Pin It on Pinterest