PRENSA

El 15 de agosto de 1972, durante la dictadura encabezada por Alejandro Lanusse, veinticinco presos de diversas organizaciones políticas, FAR, ERP y Montoneros se fugaron del penal de máxima seguridad de Rawson y recorrieron 21 kilómetros hasta llegar al Viejo Aeropuerto de Trelew. El objetivo era llegar al Chile de Salvador Allende. Seisde ellos lograron tomar el vuelo hacia el país limítrofe. El resto del grupo no pudo llegar al avión.   Entonces, se entregaron a las Fuerzas Armadas con la condición de ser devueltos al penal.

En lugar de llevarlos a Rawson, los trasladaron a la Base Aeronaval “Almirante Zar”, dependiente de la Armada y en la madrugada del 22 de agosto, la guardia los obligó a salir de sus celdas y fueron asesinados. Los/as/es militantes fusilados fueron  Carlos Astudillo, Rubén Pedro Bonnet, Eduardo Capello, Mario Emilio Delfino, Alfredo Kohon, Susana Lesgart, José Ricardo Mena, Clarisa Lea Place, Miguel Ángel Polti, Mariano Pujadas, Carlos Alberto del Rey, María Angélica Sabelli, Humberto Suárez, Humberto Toschi, Alejandro Ulla y Ana María Villarreal de Santucho.

“La Masacre de Trelew”, solo fue  la antesala de lo vendría después, con el uso de las fuerzas represivas del Estado para secuestrar, asesinar y desaparecer a militantes políticos y sociales. El fusilamiento de Trelew marcó un momento en que los jóvenes que se incorporaban a la militancia, afianzaron compromisos políticos con sus organizaciones,  ideales y objetivos de revolución luego de estas muertes. En los cánticos y banderas aparecieron  frases como “Gloria a los muertos de Trelew”, “A los muertos no se los llora, se los reemplaza en la lucha”. Esas palabras fueron estandartes en asambleas, movilizaciones y actos. Lo sucedido en Trelew fue tomado como un símbolo de lucha y resistencia para aquellos que deseaban derrocar a la dictadura y lograr un país mejor con igualdad social.  

En un clima de hermetismo y gran tensión, la noche del 21 de agosto, los miembros de la Junta de Comandantes en Jefe de las tres fuerzas armadas, permanecieron reunidos en la Casa de Gobierno, junto a sus colaboradores y ministros. Desde allí se negaron a dar todo tipo de  información a los periodistas.

En la madrugada  del 22 de agosto, en la Base Aeronaval Almirante Zar, los/as/es 19 detenidos/as/es, de repente fueron despertados y sacados de sus celdas. Según contaron los tres sobrevivientes, mientras estaban formados, fueron  obligados a mirar hacia el piso y luego los  ametrallaron.  La mayoría de ellos murieron al instante, y los otros fueron rematados en el piso. Los tres sobrevivientes ala masacre fueron trasladados al día siguiente a Puerto Belgrano. Sin embargo luego, durante el último gobierno militar, autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), fueron asesinados.

La noche del 22 de agosto, el gobierno de facto sancionó la Ley 19.797 que prohibía toda difusión de información sobre organizaciones guerrilleras. En los días sucesivos, hubo manifestaciones en las principales ciudades de la Argentina.

En 2014, se levantó un monumento conmemorativo a esos 19 caídos. Está  ubicado en la entrada de la Base Almirante Zar, es  una columna horizontal que tiene  la inscripción “En esta unidad de la Armada Argentina, el 22 de agosto de 1972 se cometió la Masacre de Trelew. También fue utilizada como centro clandestino de detención de la última dictadura cívico-militar”. También tiene tres columnas verticales, en cada una ellas se leen  las palabras Memoria,  Verdad y Justicia.

Secretaría de Derechos Humanos de esta casa de estudios.

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