En su columna del día sábado 20 de agosto del diario (grupo Clarín) –dedicada como desde hace algunos años a estigmatizar y atacar a líderes/as sociales y políticos que no comparten sus ideas y sueñan con vivir en una sociedad más justa – el periodista Jorge Lanata continúa intentando darle verosimilitud a una situación que tanto en el país como en el exterior es absolutamente clara: Milagro Sala es una presa política del poder feudal jujeño. Su presidio no se sostiene en ningún delito sino en su enorme obra social que puede verse en cada pueblo desde San Salvador de Jujuy hasta La Quiaca.

Por ese compromiso con la justicia social, la búsqueda de una sociedad más humana y menos desigual es que distinguimos a Milagro desde la Facultad de Periodismo con el premio Rodolfo Walsh.

Al mismo tiempo destaca el periodista su intención de rechazar y devolver – para no compartir el premio con Milagro Sala entre otros/as- el Rodolfo Walsh que le fuera otorgado por nuestra Casa de Estudios en el año 1999.

La extensa lista de premiados/as (García Lupo, Verbitsky, Chávez, Correa, Evo Morales, Eduardo Galeano, Las Abuelas de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini y Las Madres, León Gieco, Cristina Kirchner, Álvaro García Linera, Rosa Bru, o recientemente al teólogo Rubén Dri , entre tantos/as otros/as) muestra que la impronta de nuestro Premio admite las más variadas perspectivas políticas , periodísticas y sociales con un respeto absoluto de la diversidad y heterogeneidad que hacen a nuestro compromiso democrático y al de los premiados/as.

La Facultad de Periodismo ha entregado todos y cada uno de los Walsh a quienes representan esa vocación por la justicia, por la verdad y por la vigencia de una democracia inclusiva en el marco del respeto a los Derechos Humanos. Eso incluyó en su momento al propio sr. periodista Jorge Lanata.

No es el Premio Walsh el que ha cambiado.

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