La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, a través de la Secretaría de Derechos Humanos, participó del último día del juicio por la “Masacre de Monte”, donde se dictó la sentencia a los cuatro policías acusados de «homicidio agravado por abuso de función como miembro de las fuerzas policiales calificado por el empleo de armas de fuego, y violación de los deberes de funcionario público”.

Tras una larga jornada, los miembros del jurado ciudadano emitieron su veredicto. Los oficiales Leonardo Daniel Ecilapé, Manuel Monreal y Mariano Alejandro Ibáñez; y el ex capitán de la policía bonaerense, Rubén Alberto García fueron hallados culpables por las muertes de Camila López (13), Danilo Sansone (13), Gonzalo Domínguez (14) y Aníbal Suárez (22) y la tentativa de homicidio de Rocío Quagliariello (17), la única sobreviviente que en aquel momento tenía 13 años.

La Masacre de San Miguel del Monte ocurrió en la madrugada del 20 de mayo de 2019, cuando cuatro uniformados persiguieron a tiros a lo largo de la colectora de la ruta 3 a un Fiat 147 en el que viajaban los cuatro adolescentes y el joven de 22 años .

“Gracias, por el apoyo, por el acompañamiento, por el abrazo, eso nos ayudó a que cada día podamos estar de pie. Nos dimos cuenta junto a ustedes que la lucha está acá en las calles, eso lo aprendimos de ustedes” señaló Gladys Ruíz Díaz, madre de Danilo Sansone, una de las víctimas, y destacó: «No solamente estoy acá parada por mi hijo, sino que por cada uno de aquellos pibes que fueron asesinados día a día por el gatillo fácil, basta de gatillo fácil, basta de asesinar a nuestros pibes! Justicia para nuestros pibes de San Miguel del Monte! Y por todos los pibes de nuestro país!”.

Por otra parte durante la vigilia por el veredicto que llevaron adelante familiares, organismos de derechos humanos y organizaciones contra el gatillo fácil, Lara, una joven amiga y compañera de escuela de las víctimas, realizó la lectura de un escrito sobre “El país ideal”, allí destacó: “En el país ideal salir de noche siendo un adolescente es una fiesta, el silencio de la madrugada probablemente contraste con el quilombo de emociones que hacen ruido adentro tuyo porque a los 13, a los 14 y a los 22 todo está cambiando”. Además, agregó: “En el país ideal salís de tu casa probablemente después de un beso apurado de tu vieja, con la plena confianza de que vas a volver porque ¿cómo no lo harías? si a los 13, a los 14 y a los 22 la vida recién empieza”.