Niño mirando a través de un alambrado en cancha de fútbol

PRENSA

Desde la Facultad de Periodismo y Comunicación Social queremos repudiar enérgica y categóricamente la salvaje represión desatada por la Policía Bonaerense durante el inicio del partido entre Gimnasia y Boca de anoche, que tuvo como consecuencia un centenar de heridos y el fallecimiento del hincha César “Lolo” Regueiro.

Las imágenes de la feroz represión policial nos indignan y nos vuelven a comprometer en la lucha por la construcción de una fuerza policial formada bajo los valores irrenunciables de los Derechos Humanos, una de las grandes deudas de nuestra democracia, y es responsabilidad del conjunto del pueblo y de este, un Gobierno popular, no solo reconocerlo, sino repararlo.

Cuando la policía reprime a la gente, jamás hay que abonar a la tesis de los dos demonios. Pero además en este caso no existió ningún conflicto, no hay imágenes que muestren a los hinchas ejercer violencia contra la policía y si miles de la represión, de las balas de gomas, de los gases adentro y afuera del Estadio.

La respuesta no puede ser clausurar un Estadio de fútbol. El Estadio no reprimió a sus hinchas, del mismo modo en que el Estadio Único (hoy Diego Maradona) no reprimió a Javier Gerez, hincha de Lanús, asesinado por la policía durante un partido contra Estudiantes el 10 de junio de 2013, hecho por el que en este país, tal vez el más futbolero del mundo, nadie pudo volver a ir a alentar a su equipo de visitante.

Con esta decisión castigamos al hincha y al socio que no es más que la víctima y estamos lejos de la justicia. No es el público del fútbol, no eran los visitantes. No es el rock, la cumbia, las gorritas, ni los manifestantes. Siempre es la policía. Y no hay acto más cruel, que la indiferencia.

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