rostro del represor Juan Carlos Fotea

DERECHOS HUMANOS

La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, a través de la Secretaría de Derechos Humanos, manifiesta su enérgico repudio por la liberación del exsargento Juan Carlos Fotea, condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad en la ESMA, entre ellos el secuestro de Rodolfo Walsh.

El motivo de tan aberrante suceso es que los jueces Ángela Ledesma, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobaucci, de la sala segunda de la Cámara Federal de Casación Penal ordenaron su inmediata liberación al cumplir dos tercios de su condena de 25 años dictada por el Tribunal Oral Federal 5 en 2011.

Tras la reapertura de la mega causa ESMA, el entonces juez federal Sergio Torres pidió su captura y extradición. Fue detenido en Madrid el 24 de noviembre de 2005, a sus 55 años, luego de un cuarto de siglo impune.
“Estamos tirando una generación al mar”, le manifestó Fotea a un secuestrado cuando integraba el sector “Operaciones” del Grupo de Tarea 3.3 de la Armada. En la ESMA se lo conocía por sus seudónimos “Lobo” o “Fernando” y se destacaba por su actuación en los secuestros, como el de Rodolfo Walsh o el de las monjas francesas y las Madres de Plaza de Mayo en la Iglesia de la Santa Cruz, entre otros cientos. El genocida Emilio Massera lo condecoró en 1978 por su actuación en “operaciones reales de combate”.

Fotea recuperará la libertad a los 72 años, luego de 17 años privado de su libertad por los crímenes más graves que contempla el derecho internacional.

Manifestamos nuestro total repudio a esta situación ya que ante los crímenes de Lesa Humanidad y la ausencia de arrepentimiento por parte de los perpetradores no le deben corresponder estos beneficios. Como siempre decimos el único lugar para un genocida es la cárcel.

Cárcel común, perpetua y efectiva para los genocidas.

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