PRENSA

Por María Soledad del Cueto*

La razón política

Todos los hechos políticos que trascienden en la historia de los pueblos, sólo pueden entenderse en profundidad cuando se analiza el contexto en todas sus dimensiones territoriales; y no hablo solo del territorio a nivel nacional, continental o global. Es necesario comprender más allá de los clásicos análisis políticos, que cuando hablamos de transformaciones para el bien común de los pueblos en la historia, es porque cambian la vida cotidiana, transforman la persona humana y sus relaciones vinculares. Trascienden por esa razón; son una bisagra en la historia, y se convierten en hechos revolucionarios.

“La mujer argentina se transformó, desde aquella tarde gloriosa del 17 de octubre en que formo con todo el pueblo las columnas reivindicatorias de la voluntad nacional, dispuestas a morir o a libertar al Coronel Perón”. Evita.

El 4 de junio de 1946, a seis meses de asumido el gobierno de Juan Domingo Perón, encomienda a la Secretaría Técnica de la Presidencia preparar un Plan de Gobierno, para el período comprendido entre los años 1946 y 1952. El Plan Quinquenal fue anunciado en el mensaje presidencial el 19 de octubre de 1947 como «Proyecto de Ley». Todo estaba pensado; era un verdadero plan estratégico integral y territorial, comprendía un Proyecto de Nación. El sufragio femenino y la participación de la mujer en la vida cívica, no era ajeno a ese proyecto, el Plan Quinquenal las contenía dentro de sus líneas estratégicas, como una de sus principales políticas de gobierno.

Desde muchos discursos políticos liberales se ha criticado la misión de Eva argumentando su distanciamiento con las ideologías feministas tradicionales o eurocentristas. Pero Evita fue clara al distanciarse de la construcción masculina ponderando la particularidad y esencia de la construcción femenina, mientras que los movimientos feministas europeos apoyaban la construcción política liberal, el Partido Peronista Femenino tenía la misión de construir políticamente para la liberación nacional, entendiendo que para logar esa liberación femenina debía encuadrarse dentro de un proyecto político de la Nación. Siguiendo la doctrina del Gral. Perón, no puede existir ninguna mujer libre en un país esclavo.

Los sectores sindicales y políticos, que habían decidido acompañar al Gral. Perón a partir de la estructura electoral y partidaria, no veían con agrado que la mujer se convirtiera en un nuevo actor de peso, tanto en lo social, como en lo político. Representaría el 50 % del nuevo electorado y ocuparían lugares en las listas. Es así que Perón entiende que la representación electoral debía estar conformada en tres tercios, el sector sindical, la representación política masculina y la representación política femenina. «Cuando yo organicé el movimiento lo organicé sobre tres patas, no sobre una o sobre dos. Nosotros manejamos la acción popular a través de la línea sindical, pero también a través de la línea política, y lo manejamos en la línea política por el lado masculino y el femenino».

El 25 de julio de 1949, Perón anuncia en la Asamblea Nacional del Partido Peronista, que se realizó en el Estadio del Luna Park en la capital del país, la creación del Partido Peronista Femenino. Al otro día, el 26 de julio, se realizó la primera Asamblea de la rama femenina en el Teatro Cervantes. El teatro había sido adornado con las imágenes de Perón y de Evita, intercalados con los escudos de todas las provincias y los territorios. Perón no asistió, pero delego en Mercante el inicio de la sesión y la lectura de un saludo del Jefe de Estado. Y en medio de la alegría, los canticos y ovaciones, Evita se sentó en el sillón de la presidencia de la asamblea.

En su discurso de apertura no dejo dudas sobre las razones por las que debían formar parte del movimiento político. Tras las palabras emotivas y apasionadas, a su fiel estilo evitista, se inaugura un estilo de conducción dentro del partido. Fiel al estilo del pensamiento de Evita, la mística envolvió a todas aquellas mujeres, las integraba un proyecto de vida en común, un proyecto de país que las contenía a todas.

Concurrieron más de 1.500 mujeres, no solo de la Fundación Eva Perón, también otras tantas de los Centros Cívicos Femeninos y otras que sentían que estaba cambiando definitivamente la historia, donde ellas eran las protagonistas. La asamblea duró varios días, entre el 25 y el 29 de julio, más de 200 mujeres por día acudieron a dar sus testimonios. En ellos reconocían en Perón el liderazgo del Movimiento, pero manifestaron abiertamente, la conducción de Evita como líder del Partido Peronista Femenino. A partir de ese momento se pone en marcha la organización del PPF, un hecho histórico sin precedentes que cambiaría definitivamente la historia argentina.

La misión del PPF

El Partido Peronista Femenino nace oficialmente el 26 de Julio de 1946 en la Asamblea Nacional, y fue Eva Duarte quien fuera nombrada y aclamada para presidir la conducción del mismo. El PPF, sería la herramienta que buscaba darles organización política a las mujeres que habían conquistado el derecho cívico a votar como ciudadanas argentinas.

A partir de la sanción de la ley de sufragio femenino, fue necesario realizar un censo nacional que permitiera saber cuántas mujeres había en condiciones de votar y construir un padrón electoral que las habilitara a realizar el sufragio femenino. La primera tarea del PPF fue la realización de ese censo de alcance nacional con la finalidad de saber “Cuantas somos y en donde estamos”.

Comentaba Beba Gil, Delegada Censista en Santa Cruz, “Se sabía que, había 3.000.000 de vacas, pero no cuantas mujeres habíamos”.

Es así que, bajo esa consigna, se inició un proceso extraordinario que recorrió cada rincón del territorio en busca de contar y saber cuántas mujeres habitaban el suelo argentino. La Ley 13.010 de sufragio femenino había dado un marco legal a la participación de la mujer, sin embargo, el censo llevó más de cuatro años, por eso, aun cuando el sufragio femenino ya era ley, las mujeres no pudieron votar en las elecciones legislativas de 1948, ni en la constituyente de 1949. Nunca se había instrumentado hasta el momento un censo de población de estas características y envergadura.

Evita designó a 23mujeres Delegadas Censistas, y una por Capital Federal, para conformar el nuevo partido, tendrían la misión de ir a cada una de las provincias para constituir Unidades Básicas Femeninas (UBF) en todo el territorio nacional.

“Eran todas muy jóvenes. Yo las había conocido como colaboradoras mías infatigables en la ayuda social, como fervientes peronistas de todas las horas, como fanáticas de la causa de Perón… Tenía que exigirles grandes sacrificios: abandonar el hogar, el trabajo, dejar prácticamente una vida para empezar otra distinta, intensa y dura. Para eso necesitaba mujeres así, infatigables, fervientes, fanáticas…” Eva Perón. La Razón de Mi Vida

Entre el 29 de octubre y el 5 de noviembre de 1949 se abrieron veintitrés sedes centrales del PPF en cada provincia, llegaron a constituirse 6.000 UBF en todo el país. Eva siguió de cerca el proceso de construcción y organización de las Unidades Básicas, se comunicaba telefónicamente con las delegadas censistas para saber cómo estaban; qué dificultades se les presentaba y cómo avanzaban. Fomentaba la solidaridad y compañerismo entre ellas. “Cuando una peronista tenga alguna divergencia con otra, piense que hay una sola bandera: la del General Perón. Cuando se peleen dos peronistas, no me traigan a mí el problema porque me causa un gran dolor. Yo quiero ser igual con todas para no ser injusta. En una familia pueden pelearse dos hermanas, pero siempre siguen siendo hermanas”.

La mayoría de las mujeres que decidieron participar, tuvieron que enfrentar por primera vez el temor de incorporarse a la actividad política, actividad que hasta ese momento estaba reservada sólo a los hombres y, en su gran mayoría, a la oposición de sus familias, padres, maridos, que entendían que la política no era para las mujeres y que debían ocuparse de las tareas domésticas.

Por eso la actividad central del PPF, fue lograr que las unidades básicas fueran una extensión pública del rol doméstico. Por un lado, evitaba el rechazo absoluto por la actividad política y por el otro las empoderaba en el ámbito público. En “La razón de mi vida” Evita lo presentó así: “Yo he querido que mi partido sea un hogar… que cada unidad básica sea algo así como una familia… con sus grandes amores y sus pequeñas desavenencias, con su fecundidad excelsa y su laboriosidad interminable. (…) Más que una acción política, el movimiento femenino tiene que desenvolver una acción social. ¡Precisamente porque la acción social es algo que las mujeres llevamos en la sangre. El Partido Peronista Femenino era la herramienta política para la representación institucional pero también para la estructura organizacional en el territorio

El renunciamiento

El 22 agosto, recién conocida la fórmula radical competidora, sería el gran día. Centenares de miles de personas se congregaron en el Ministerio de Obras Públicas, frente de un balcón ministerial del cual colgaba un cartel que rezaba: “Juan Domingo Perón-Eva Perón – 1952-1958, la fórmula de la patria”.

Finalmente, Eva salió al balcón y habló ante la multitud, pero lejos de confirmar lo que todos buscaban escuchar, pidió algunos días para decidir una cuestión tan importante.

Recién nueve días más tarde, el 31 de agosto de 1951, la mujer de los “descamisados”, por cadena nacional de radiodifusión, anunció su “irrevocable decisión”: renunciaba al honor que los trabajadores y el pueblo de su patria quisieron conferirle. “Compañeros, quiero comunicar al Pueblo Argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico cabildo abierto del 22 de agosto. Ya en aquella misma tarde maravillosa, que nunca olvidarán ni mis ojos ni mi corazón, yo advertí que no debía cambiar mi puesto de lucha en el Movimiento Peronista por ningún otro puesto”.

El 11 de noviembre de 1951, fue un domingo lluvioso cuando finalmente se realizaron las primeras elecciones, Evita voto desde la cama del Policlínico. Por primera vez votaban las mujeres en la argentina, pero esa alegría tenía un sabor amargo, la Jefa Espiritual del Pueblo se encontraba enferma y aunque nadie hablaba por temor a lo peor, la lluvia no dejaba de caer.

Los resultados electorales fueron contundentes, Perón-Quijano obtuvo 4.744.803 votos contra 2.416.712 de Balbín-Frondizi. Según refiere el historiador Joseph Page, el propio Perón afirmaría que “la primera elección la gané con los hombres, la segunda con las mujeres y la tercera con los niños”. Pero esa es otra historia.

La prematura muerte de Evita dejó desolación y desamparo en todas las almas del pueblo argentino, y allí otra historia siguió. Pero las conquistas y construcción política de las mujeres ya eran un hecho que se había instalado en la historia argentina, tras un arduo trabajo del PPF en un proyecto colectivo la participación perpetua de las mujeres en la política argentina. Logrando Evita vivir hasta ver el fruto de su trabajo.

Otra historia comienza

En junio de 1955 aviones de la marina bombardeaban la plaza de mayo, provocando una de las tragedias más abominables de la historia argentina. El 23 de septiembre de ese mismo año, la dictadura cívico-militar encabezada por el General Aramburu derroca el gobierno de Perón, y establece por medio del decreto 4161 la prohibición del uso de cualquier tipo de símbolos vinculados al peronismo; proscripción política que duraría 17 años.

El voto femenino constituyó un hecho fundamental en el proceso histórico de participación de las mujeres en la vida política. El 11 de noviembre de 1951 las mujeres argentinas votaron por primera vez y fueron elegidas como representantes del pueblo.

En 1953 por primera vez una mujer fue nombrada Vicepresidenta de la Cámara de Diputados. La Cámara de Senadores también eligió a una mujer como Vicepresidenta segunda y varias legisladoras presidieron comisiones parlamentarias. Los niveles de participación política de las mujeres crecieron hasta el golpe cívico militar de 1955.

En Argentina no lograron recuperarse los niveles de representación femenina de esa época hasta fines del Siglo XX, cuando la Ley de Cupo permitió que el número de Diputadas electas fuera mayor al existente en 1955.

“La visión de Eva era una visión universal, cuando ella entraba el lugar se iluminaba con su mística, era una iluminada… trabajaba más de lo que un ser Humano podía” Blanquita Ibarlucia, reflexionaba emocionada en el documental Dueñas de su Destino sobre la figura de Evita.

Mejor que prometer es realizar dicen las mujeres de la patria cuyos derechos cívicos reconocisteis Señor Presidente, y cuyos entusiasmos patrióticos y sociales te defienden al calor de tu obra estatal… La mujer argentina se fervorizo, y reclamo su puesto en la lucha y fue dueña de su destino”.

Cada vez son más las mujeres con representación política a nivel nacional. Durante el Gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, las mujeres asumieron un rol activo en cargos ejecutivos ascendiendo a 58 en el Poder Ejecutivo, 2 Juezas en la Corte; 3 Gobernadoras Provinciales y una Presidenta Mujer, electa y reelecta por el 54 % del voto popular.

La gran pregunta que se hace la comunidad política es ¿Por qué Evita sigue vigente hoy a tantos años de su fallecimiento? ¿Por qué sigue siendo tan amada por el pueblo?  Y la respuesta la encontramos en sus cualidades y en sus hechos. Evita tenía el corazón para tenderle una mano a los que sufren. La pasión para revertir las injusticias que vive el pueblo y el temperamento implacable para combatir aquellos que atentan contra la patria y la justicia social.

*Arquitecta

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