Por Shalom Jaskilioff (*)
Ada Lovelace fue la creadora del primer programa de computación, ¡100 años antes de que se fabricara la primera máquina! Fue invisibilizada por décadas y su descubrimiento adjudicado, por la comunidad de investigadores (todos hombres, obvio) al ingeniero, Charles Babbage.
Ella nació en un contexto histórico donde no era habitual que las mujeres recibieran educación formal. Sin embargo, tuvo la suerte de crecer en una familia aristocrática con muchos recursos económicos y prestigio, y pudo codearse con las mentes más brillantes de su época.
En un evento científico conoció a Babbage. Él estaba desarrollando una máquina que hacía cálculos automáticos que funcionaba gracias a la comunicación de engranajes que recibían instrucciones a través de tarjetas.
Entre 1842 y 1843, Ada Lovelace dejó indicaciones rigurosas para que el aparato pudiera computar secuencias más complejas. Es decir, creó un método sistemático que podía aplicarse a cualquier tarea que implicara procesar datos. Esas pautas son lo que hoy conocemos como algoritmo y su descripción fue el primer programa de computación de la historia. Pero como era mujer, la comunidad científica decidió otorgarle la autoría de esas notas a Babbage.
Recién en 1980, se reivindicó su figura y se reconocieron sus aportes. A 180 años de su significativa contribución, seguimos escuchando sobre las dificultades de las jóvenes para estudiar o dedicarse a estas carreras.
En este marco, dialogué con Lucía Moyano (Project Manager), Viviana Rondón Salazar (desarrolladora Typescript), y Dolores Carrasco (líder del área QA) de XOOR, una empresa de desarrollo de software (reconocida como una de las mejores empresas de Argentina por Clutch, Best Startup y Inc Regionals).
Cuando invité a Lucía a dialogar, se entusiasmó porque recordó haber estudiado a Ada Lovelace en la secundaria y haber comprendido su magnitud “años más tarde, cuando entré en el mundo IT y vi que estaba manejado casi en su totalidad por hombres”.
Contó que estudió comunicación social y que viene de una “familia llena de historiadores y psicólogos, así que esta industria no era algo dentro del radar”. Pero producto de un programa estatal de Córdoba que apuntaba a ofrecer una primera experiencia laboral, de pura suerte salió sorteada y comenzó a trabajar en una empresa de tecnología.
Viviana, indicó que Ada Lovelace es una referente para ella y relató que siempre estuvo interesada por carreras de humanidades, incluso cursó un año en la Facultad. “Fue gracias a un amigo que me consultó si me interesaba incursionar en la programación” que vio como posibilidad seguir esta carrera.
Dolores en 2017 se recibió de profesora de Inglés y se dedicaba a la docencia. A partir de charlas con unos QA amigos de su novio, comprendió que “la clave del éxito es ser detallista, responsable y saber inglés”. Se dio cuenta que cumplía todos los requisitos y les pidió ayuda para ingresar en el rubro.
Resulta llamativo que para Dolores, Lucía y Viviana la tecnología no fue su primera opción, llegaron luego de pasar por otras carreras e incluso, de casualidad o por recomendación de algún hombre. Así como ellas, muchas mujeres no ven dentro del abanico de posibilidades dedicarse a estos campos.
Siempre fue más difícil para las mujeres. Si bien Ada Lovelace nació en un sector socioeconómico privilegiado, se le negó el reconocimiento que merecía y fue invisibilizada. Incluso murió antes de ser reivindicada por la comunidad científica. Muchas jovenes a causa de su crianza y porque la industria cultural insiste en pedirles que sean bellas, flacas, madres, maestras y cuidadoras, se les niega la posibilidad de pensar un futuro en la ciencia y en la tecnología.
Por eso es tan importante la efeméride de hoy. Desde 2009, el segundo martes de octubre se celebra el Día Internacional de Ada Lovelace, para visibilizar los logros de las mujeres en ciencia y tecnología y para inspirar a niñas, adolescentes y mujeres a seguir estas carreras.
(*) Lic. en Comunicación Social. Docente del Taller de Producción y Edición Transmedia II de la Tecnicatura en Comunicación Digital.
